Del libro de D. Luís Fabián Blázquez "Riesgo y Ventura de los Tercio de Requetés", Ed. Actas.
En Abril de 1937 una de las IGNORADAS FUERZAS DE REQUETÉS ALCARREÑOS, la "Guerrilla de Cobeta" o Guerrilleros del Alto Tajo se hallaba en posiciones cubriendo sector asignado a la 75º División en el duro Frente de Guadalajara.
Se había recibido confidencia que el día 22 de Marzo los "rojillos" pretendían volar el puente de San Pedro y una escuadra de sus efectivos pasó a reforzar como vigilancia al servicio permanente que allí tenían montado.
El puente era clave para una posible vía de penetración de efectivos del Ejercito Nacional "Equipos rodados" hacia la Comarca Molinesa y ante la conveniencia de una más adecuada defensa del Puente un Pelotón quedó situado en el Castillo de Alpetea, que domina su paso (Ver foto), fortificándolo hasta convertirlo en una buena posición. Posteriormente mereció al General los Arcos, que mandaba la División, los máximos elogios, diciendo que era la mejor posición del Frente.
Con este punto de apoyo los Requetés de la Guerrilla prosiguió sus habituales correrías por las orillas del Río Tajo, con el apoyo de otras posiciones inmediatas, el aumento de fuerzas en el sector y el enlace telefónico hasta Cobeta.
Al anochecer del día 1 de Abril de 1937 se entabla fuerte combate con el enemigo que partía de su posición enfrentada en "La Moratilla de Campillo" pretendiendo alcanzar el Puente de San Pedro. Se aprecia mucho movimiento de camiones por Zahorejas, y como el tiroteo continua el resto de la Guerrilla, con su Jefe, se incorpora al Castillo de Alpetea; Igualmente una Sección del Tercio de Dª María de Molina y Marco de Bello, como refuerzo. En el día siguiente arrecia el fuego, el enemigo desciende por la carretera de Zahorejas hasta las proximidades del Puente y se apoyan en dos carros blindados. Sospechando que sus ocupantes trataban de volar el Puente, ordené la suspensión del fuego por parte nuestra, aguardando con calma los hechos, que no tardan en producirse. Cuando los rojos intentaron colocar las cargas, el fuego cerrado de nuestros Requetés los inmovilizó en las cunetas. A las 9:45 hubieron de cejar en su intento y retirarse los supervivientes con sus inútiles blindados. El Objetivo enemigo había fracasado.
Se trataba de dos Compañías enemigas, una de Guardias de Asalto y otra de la Guardia Nacional Republicana, según se supo días más tarde. Los Milicianos Requetés de la tierras no dejaron que el puente fuese volado.
Queda una Sección de Requetés en el Castillo y el resto de la Guerrilla vuelve a sus lares en Cobeta. Fuertes explosiones del lado rojo el día 2 de Abril, en las inmediaciones de Campillo, junto al puente de San Pedro, levantan una polvareda inmensa que persiste durante muchas horas. Los rojos habían volado un escarpado sobre el que descansa la carretera. Persuadidos de que no habrían de abrirse paso a costa de los Requetés Alcarreños, la voladura traducía su propósito de cerrarles el paso. Los atacantes se habían puesto a la defensiva y jamas lograron adelantar sus lineas hacia el corazón del Señorío de Molina.
Estos éxitos valieron al Jefe de la Guerrilla su confirmación Oficial en el mando de la Unidad. Unas fuerzas que habían sido concebidas como auxiliares de nuestros heroicos Tercios de Vanguardia, para misiones de vigilancia de su propio terruño y bajo mandos improvisados cumplieron con creces su misión y figuran con toda justicia y honor en el cuadro de nuestros mejores combatientes de la Cruzada.
En la ocasión mencionada, este puñado de VALIENTES REQUETÉS ALCARREÑOS de las "Guerrillas del Alto Tajo" era mandado por el Médico Dr. Peña, y mandaban los Pelotones como Sargentos: Mena, Sanz y Tello. Un puñado de Cabos improvisados y un buen ramillete de REQUETÉS DE PURA CEPA, en su casi totalidad, contando edades de hombres o de mocetones no llamados a Filas, completaban una de las más CASTIZAS UNIDADES CARLISTAS DE LA GUERRA, cuyo nombre me atrevo, por honor a D. Carlos, a dar a conocer, para que su ejemplo no se pierda, y cuyas hazañas, humildes casi siempre, pero valiosas en EXTREMO en aquel Frente desamparado del Alto Tajo, limítrofe con la zona Leal por Tierras del señorío de Molina, con las irredentas de Cuenca y de Guadalajara, tanto pesaron e influyeron para que por donde tales hombres vigilaban no pudieran avanzar un paso los combatientes comunistas.