TERCIO DE NUESTRA SEÑORA DE LA MERCED (JEREZ DE LA FRONTERA y CADIZ)

 
Requeté Antonio Molle Lazo ¡MARTIR!

 


Cuando estalló la guerra civil en España, Antonio Molle Lazo tenía veintiún años. Con el tercio de requetés de Nuestra Señora de la Merced actuó en Jerez y otros pueblos de Sevilla en defensa de la Fe de Cristo y de España. Veintitantos soldados defendían el 10 de agosto de 1936 la villa de Peñaflor. Ante el brutal alud de milicianos hubieron de replegarse los heroicos defensores. Antonio Molle cayó prisionero. Los milicianos  le cortaron lentamente las dos orejas y clavaron gruesos clavos en sus ojos. Le machacaron ferozmente la nariz y dejaron su cuerpo cubierto de heridas espantosas. Mas él seguía gritando: ¡Viva Cristo Rey y viva España! Gritaba hasta que podía. Su cadáver fue recuperado a las veinticuatro horas, cuando el pueblo se reconquistó. Depositado en la iglesia cuando ya había sangrado el cuerpo toda su sangre generosa, fue la primera sorpresa el quedar en el templo una mancha fresca de ella. Los restos mortales fueron llevados después a Jerez y más tarde inhumados en la iglesia del Carmen de dicha ciudad, en donde se conservan incorruptos, según se refiere. Fue el suyo el primer proceso de beatificación incoado de entre los nuevos mártires de España.

Hay un testigo excepcional, que (sin duda providencialmente) presenció lo que después sucedió. Se trata del jefe de la estación de Peñaflor, don Ángel de las Heras Morón, también fichado por católico «peligroso». Fue atrapado en su casa, donde se había refugiado con su esposa, su hija y cuatro nietecitas. Y declara este providencial testigo: «Al cruzar por una ventana que daba vistas a la carretera pude ver que, a la cabeza de un enorme pelotón de milicianos, enfurecidos y dando voces como energúmenos, se destacaba una BOINA ROJA, impresionándome bastante por sospechar lo que después pude confirmar. Una vez en el jardincillo, donde me pusieron para fusilarme, los increpé, diciéndoles que sólo eran capaces de matar a hombres viniendo en piaras, pues lo demostraba que un solo requeté había necesitado ser cazado por un pelotón enorme, después de quedarse sin municiones». Aquellos hombres estaban ebrios de odio y de venganza. Uno decía: «Vas a ver la muerte que damos a ese canalla». Y otro: «A ese chivatón no lo matamos aquí. Lo vamos a llevar a Palma del Río y allí, despacio, lo vamos a atormentar a nuestro gusto».

Cuando ya estaban apuntando con sus fusiles para acabar con el jefe de la estación, como movidos por un resorte le abandonaron, para unirse al grupo que escarnecía al Requeté Antonio Molle. Le rodeaban en siniestro corro en medio de la carretera, enfrente mismo de la estación, y no paraban en sus blasfemias y vituperios. Con intención de acobardarlo, gritaban al rostro de Molle: «¡Muera España! ¡Viva Rusia!». Pero él respondía a cada provocación: «¡Viva España! ¡Viva Cristo Rey!».

Las burlas y las blasfemias continuaban. sin poder doblegar el ánimo de aquel joven esforzado Requeté. Se les ocurrió entonces la idea de lograr que Antonio apostatara de su fe a fuerza de tormentos. Quisieron obligarle a decir: «¡Viva el comunismo!». Y respondía él con fuerza sobrehumana: «¡Viva Cristo Rey!». Y uno le cortó la oreja. Volvían a insistir en que pronunciara una blasfemia. El mártir, invicto, seguía dando vivas a Cristo Rey y a España. ¿Cómo iba a blasfemar Antonio, él, que tanto horror tenía por las blasfemias? Los verdugos multiplicaban sus ofensas contra aquel joven desarmado que estaba a su merced. Le cortaron la otra oreja, le vaciaron un ojo, le hundieran el otro de un brutal puñetazo, le llevaron parte de la nariz de un tajo feroz. Antonio iba resistiendo con heroica firmeza. Su sangre corría copiosa. Sus dolores debían ser horribles. De vez en cuando se le oía decir: «¡Ay, Dios mío!», y Dios le daba de nuevo valor para resistir aquella cruenta pasión y exclamaba con renovados bríos: «¡Viva Cristo Rey!».

También el doctor Joaquín Suárez, médico de Peñaflor, testificó corroborando lo manifestado por el jefe de la estación. Parecía imposible que un cuerpo tan maltratado, sangrante y mutilado, tuviera arrestos suficientes para seguir dando pruebas de aquella sobrehumana fortaleza. Al fin uno gritó: «¡Apartarse... que voy a disparar!». Quedó nuestro Antonio solo, todo él empapado en sangre. Comprendió que llegaba su hora gloriosa, la de dar la vida por Dios y por la Patria. Extendió cuanto pudo sus brazos en forma de cruz y gritó con voz clara y potentísima: «¡Viva Cristo Rey!». Sonó la descarga que le abriría las puertas del cielo, y su cuerpo agonizante cayó pesadamente a tierra, con los brazos en cruz. Al ver los sicarios que aún respiraba, quisieron rematarle. Lo impidió uno: «No arrematarle... Dejadlo que sufra...».

EL SECRETO

Antonio Molle Lazo es invocado y se atribuyen a su intercesión grandes favores. Sus restos descansan en la iglesia de los PP. Carmelitas Calzados, de Jerez de la Frontera. Su mausoleo está en una capilla presidida por Cristo Rey, Nuestra Señora de las tres Avemarías y la cruz sobre su tumba. Digamos que la firmeza cristiana de Antonio Molle procedía de su amor a la Santísima Virgen. Era terciario carmelita. Y el ímpetu de Elías se comunicó a este muchacho realmente esforzado. Y Nuestra Señora del Carmen, la Reina de las almas unidas con Dios -Santa Teresa de Jesús, San Juan de la Cruz- y también la salvadora de todos los que se acogen a su Escapulario, le comunicó este amor a Jesucristo más fuerte que la muerte y esta gallardía totalmente evangélica. Algún día veremos en los altares a Antonio Molle Lazo, mártir.

JOSÉ VERNET MATEU

 

ORACIÓN

¡Oh Jesús amabilísimo! que habéis dicho: Aquél que me confesare en la tierra yo lo confesaré delante de Mi Padre Celestial; glorificad pues, el alma bendita de ANTONIO, que no se avergonzó de confesar vuestro Santo Nombre en medio de los más atroces tormentos, y concedednos a nosotros, por sus méritos e intercesión, la gracia que ahora necesitamos. Os lo pedimos para la mayor honra y gloria de la Santísima Trinidad y extensión de vuestro reino aquí en la tierra. Amén.

Placa en la casa donde nació nuestro Requeté Mártir Antonio Molle Lazo


ANTONIO MOLLE LAZO, MÁRTIR

FELIPE MORENES GILES (17/9/2006)

Hace ya un año en otro DIARIO de la población publique otro artículo rememorando el martirio de este joven jerezano, asesinado con terribles torturas por milicianos del llamado Frente Popular.

El 10 de Agosto es una fecha que trae a nuestra memoria otro hecho relevante de nuestra historia reciente, cual es la sublevación del General José Sanjurjo contra el Gobierno de la Segunda Republica. La historia es la que es; lo que sucedió y de ella hay que sacar enseñanzas. Hay que tratarla respetuosamente, ser ecuánimes en su juicio, situarse en el entorno en el cual ocurrieron los hechos. Desapasionadamente pues de lo contrario corremos el riesgo de perder el buen juicio. La cultura y el estudio son virtudes necesarias para comprender la historia. 

Desde que publique el mencionado artículo hace un año a hoy, los vientos de la venganza y el revanchismo se han acentuado superlativamente. El actual Gobierno de España ha resucitado de nuevo con una virulencia inusitada las apagadas cenizas de la Guerra Civil Española del periodo 1936 – 1939 que los Españoles habíamos dado por terminada y olvidada. De hecho, dado el tiempo transcurrido, hay generaciones enteras para las cuales, afortunadamente, es algo tan distante como la Guerra de la Independencia o la Carlista. Han reverdecido añejos problemas como los separatismos, el anticlericalismo, los asesinatos terroristas y otros olvidados males.

Como decía, el diez de Agosto, amen de otros, se conmemoran dos hechos notorios, con una cierta interconexión. El primero era el levantamiento fracasado (10.08.1932) del General José Sanjurjo, premonitorio de la Guerra  Civil Española (1936/1939) que terminó con la deportación al Sahara (Ifni) de los sublevados y el exilio voluntario (1934) del General a Portugal. No regresaría hasta que se produjo el segundo levantamiento el 17 de Julio de 1936 para tratar de tomar el mando en el Gobierno provisional de Burgos, pero murió en un accidente de aviación lo que dio un giro importantísimo a la historia pues  propició que otro General, Francisco Franco Bahamonde, asumiese esta responsabilidad que duró cuarenta años. José Sanjurjo (Pamplona 1872 – Portugal 1936) era huérfano de un coronel carlista. Ascendió por meritos de guerra hasta el generalato. Conoció y combatió en Cuba bajo las órdenes de D. Miguel Primo de Rivera. Secundó su pronunciamiento colaborando estrechamente con el mismo en el Desembarco de Alhucemas que acabó con insurrección de Abd – el – Krim consolidando el Protectorado Español en Marruecos. Fue Director General de la Guardia Civil con el Gobierno de la 2ª Republica con Azaña.

El segundo hecho a recordar el 10 de Agosto es el asesinato con torturas y martirio de nuestro paisano Antonio Molle Lazo, cuyos restos mortales descansan en un mausoleo en la Basílica del Carmen de nuestra población en olor de santidad. Ante su sepulcro rezan aún muchos jerezanos que lo consideran santo. Nació el 2 de Abril de 1915 en Arcos de la Fra., en el seno de una humilde familia. Su padre era representante del comercio. Cunado tenía cinco meses sus padres se trasladan a Jerez. Se educó primero en un parvulario y luego en el Colegio de la Salle. Era activo, trabajador, estudioso, sociable y con grandes convencimientos católicos heredados de sus padres. Trabajó en los escritorios de varias Bodegas Jerezanas. Practicaba y defendía con ahínco su religión católica que entrañaba entonces un grave riesgo. Fue encarcelado junto con su hermano por defender el Convento de Santo Domingo de su profanación. Junto sus hermanos (tres) Carlos y Manolete, se incorporaron voluntarios al Tercio de de Requetes de Ntra. Sra. De la Merced para combatir por sus ideales en la guerra civil de 1936.

Su martirio ocurrió en Peñaflor el 10 de Agosto de 1936. Estando en dicha población junto con otros (escasos) requetés defendiendo el Convento de las Hermanas de la Cruz, se quedaron sin municiones. Antonio fue prendido por los milicianos cerca de la estación, golpeado y maltratado ferozmente. El Jefe de la Estación fue testigo de excepción. Le intimidaron para que hiciese apostasía de su Fe y para gritase “! Muera España y Viva Rusia!” a lo que respondía “! Viva España! ¡Viva Cristo Rey” Le cortaron las orejas, le vaciaron un ojo con un machete y el otro de un puñetazo. Le cortaron la nariz sin conseguir sus propósitos.

Al final uno dijo “! Apartarse… que le voy a disparar” Antonio extendió sus brazos en forma de cruz y gritó “Viva Cristo Rey” Sonó una descarga y cayo a tierra donde padeció una lenta agonía hasta morir desangrado. Su cuerpo envuelto en la bandera Española fue inhumado provisionalmente el  Cementerio de Peñaflor en el nicho 229.

El 25 de Noviembre de 1937 ante el Notario de Jerez D. Fco. Gonzalez Bautista que levanto acta de la exhumación, el Procurador D. Pedro Lassaletta y Muñoz  y otros jerezanos su cuerpo fue inhumado y trasladado al antiguo cementerio de Jerez de la Calle Santo Domingo. Desde allí sería trasladado definitivamente hasta su sepulcro en la Basílica del Carmen.

Perdonemos pero no olvidemos. No por sed de venganza, sino por respeto a los que entregaron sus vidas por unos nobles ideales. Para que nunca más suceda. Para que los humanos seamos siempre capaces de resolver nuestras cuitas con el dialogo. Con respeto a la opinión contraria. Con respeto a las leyes, con respeto a las creencias de cada cual. Por eso hay que recordar, perdonar y no olvidar.

Diario de Jerez de 23 de junio de 2007

 


Relación de Caídos por Dios y España del Tercio de Nuestra Señora de la Merced

 


CANCIONERO DEL TERCIO DE NUESTRA SEÑORA DE LA MERCED
(Escrito de José Álvarez Limia)

Los Tercios del requeté, de hecho, jamás aceptaron el famoso Decreto de Unificación, una De cuyas cláusulas obligada a la colocación del emblema falangista en los uniformes de sus tropas, para lo cual el denostado Decreto del 19 de abril de 1937, concedía un margen de tiempo para la colocación del cangrejo, que así comenzó a ser denominado por los requetés el emblema falangista.

Al parecer a un alto mando no le gustó el rechazo de los requetés, por lo que decidió dar un castigo ejemplar a uno de nuestros heroicos Tercios. Y le tocó la china al gaditano Tercio de Nuestra Señora de La Merced , que en mayo del 38 se hallaba de posición en el paraje denominado Los Colorados. Se les anunció que iban a gozar de unos días de merecido descanso en la retaguardia de la localidad de Pueblo Nuevo, cerca de Peñarroya, con la advertencia de que tenían que colocarse en la camisa el yugo y las flechas de Falange. Los requetés no aceptaron, por lo que el mando superior, además de retirarles el merecido descanso, castigó al Tercio a realizar trabajos de fortificación en primera línea de fuego. Allí nació la siguiente canción que pasó a formar parte del cancionero de campaña del requeté:

Nos quieren poner cangrejo

Ole pum, ole pum, catapum,catapum

Nos quieren poner cangrejo

ole pum, ole pum, catapum,catapum

Veremos lo que esto dura

ole pum, ole pum, catapum catapum

Que para llevarlo puesto

ole pum, ole pum, catapum, catapum

Hay que tener cada dura

ole pum, ole pum, catapum,catapum

 

La canción se difundió con gran rapidez y se cantó mucho por todos los requetés.


TERCIO DE REQUETÉS DE NUESTRA SEÑORA DE LA MERCED

Arreondo y oros Oficiales del Tercio

El día 17 Diciembre aparece por primera el nombre de TERCIO DE REQUETÉS DE NUESTRA SEÑORA DE LA MERCED DE JEREZ DE LA FRONTERA cuyos efectivos habían salido para el frente de Córdoba el día 11 de Diciembre de 1936. Doscientos cuarenta Requetés mandaos por el capitán Francisco Zuleta, al mismo tiempo una segunda sub-columna salía con unos 70 Requetés para el frente de Málaga.

Los Requetés de JEREZ DE LA FRONTERA se unirían a la COLUMNA REDONDO  en Córdoba donde se encontraba casi la totalidad del Requeté andaluz (El Heroico Requeté Andaluz) desfilando en la Ciudad el día 12 de Diciembre unos 2000 Requetés mandados por el Comandante Redondo.

La noche del 19 de Diciembre en el frente de Cañete de las Torres se despliega el Tercio por primera vez en primera línea de fuego. El día 20 avanza en vanguardia apoyada por el Tercio Virgen de los Reyes, mientras la artillería Nacional bate Cañete y Bujalance, ocupándose el primer pueblo. La marcha sobre Bujalance (Bastión del Anarquismo Andaluz) junto con los Tercios del Rocío y San Rafael es coronada con su Liberación el día 20 de Diciembre.

El día 24 se fija como objetivo Montoro  y el Tercio de Nuestra señora de la Merced va en vanguardia de la sub-columna del Comandante Pérez de Guzman hacia las 9 horas se traba fuerte combate con un batallón de la XIV Brigada Internacional que llegaba del Villa del Rio siendo los Requetés Jerezanos los que llevaron el peso de la acción, siendo especialmente brillante (COMO SIEMPRE LO FUE ENTRE REQUETES Y EXTRANJEROS) y Montoro será LIBERADO para Dios, La Patria y el Rey.

El 27 toda la columna Redondo marcha hacía Lopera donde el Tercio de la Merced ocuparía el "CERRO DE SAN CRISTOBAL" y lo defendería con bravura Carlista. El día 29 se prepara la columna Redondo para Liberar Porcuna, pero ya sabemos, que debido a que los Gubernamentales contraatacan Lopera, la Columna de Pérez de Guzman regresa a toda prisa, en una marcha infernal, por entre los campos para cargar a LA BAYONETA con el enemigo al que desaloja de sus posiciones aliviando la presión sobre sus compañeros y reocupando Heroicamante Lopera.

El día 1 de Enero de 1937 y en conjunto con la Columna Redondo al completo el Tercio Recibe la orden de avanzar en vanguardia sobre Porcuna. El capitán Zuleta con cien Requetés entra en Porcuna al mediodía del día 2 de Enero pasando a ocupar posiciones en trincheras orientadas hacia Valenzuela. Terminando una de los episodios mas brillantes de la Cruzada de Liberación de Andalucía del terror rojo contabilizando la casi completa eliminación de la IX Brigada Internacional mandada por los generales comunistas que ya conocemos. LOS REQUETÉS ANDALUCES NO QUISIERON EXTRANJEROS EN SU TIERRA.

Esas operaciones le valieron al Heroico Requeté Andaluz  la medalla militar colectiva.

En los días siguientes el Tercio quedaría en posiciones de Porcuna, luego pasa a Bujalance y posteriormente a Porcuna donde vuelve a sus posiciones del "Cerro de San CRISTOBAL" donde repelieron frecuentes ataques gubernamentales.

El día 28 de Abril el mismo General Queipo de Llano impone al Tercio la segunda Medalla Militar Colectiva junto con el Virgen del Rocío por las operaciones de Villanueva del Duque. El día 3 de Mayo el Tercio parte para Madrid para el Desfile de la Victoria el día 19 de Mayo del año de la Victoria de 1939.

 

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