Ante todo debe salvarse la Religión, el País y la Patria. Agradezco en el alma, a ti y a nuestros heroicos requetés, por haberos unido a las Tropas de España para batir al comunismo, y te doy infinitas Gracias, querido Fal, por haber, siguiendo mis instrucciones, ordenado en el momento decisivo, que nuestros Requetés apoyen el movimiento salvador.
Carta de S.A.R. D. Alfonso Carlos I de Borbón y Austria-Este dirigida a D. Manuel Fal Conde.
La Religiosidad de los Soldados de la Tradición fue bien notoria durante toda la Guerra Civil, y bien puede afirmarse que en ello radica una de las causas de su efectividad guerrera. Eran hombres con conductas consecuentes con lo que defendían . Lo mismo los requetés Navarros o Vascos que los andaluces; igual los Catalanes o Aragoneses que los Castellanos, los Asturianos o Gallegos. Es muy difícil (Nos sigue diciendo el General Redondo) en unidades de soldados combatientes, evitar que haya brotes de ciertas licencias y pecados, pero puede asegurarse que en las unidades de Requetés todos contribuían a que fueran bien pronto extirpadas. HABÍA COMO UN INSTINTIVO PUDOR A MANCHAR LA BUENA FAMA DE SOLDADOS CATÓLICOS QUE SIGNIFICABA LA BOINA ROJA.
Misa de Campaña en algún lugar del frente en el seno del Tercio de Nuestra Señora de Begoña (Vizcaíno)
Los Requetés, antes de entrar en combate, confesaban, oían Misa y comulgaban. De los soldados del requeté se decía, en la filas enemigas, que no había Requeté Más Peligroso que un Requeté comulgado.....
Aún cuando había Requetés procedentes de Regiones en las cuales el "soltar un taco" era cosa corriente e incluso extendida la costumbre de "jurar", la blasfemia era no solo poco frecuente, sino prácticamente inexistente. Hasta podemos decir que causaba horror y producía malestar , y.... algo más. López Sanz citaba en su libro NAVARRA EN LA CRUZADA: -- Si no supiera quién eres, te pegaba un tiro.--Rugió el Capitán empuñando la pistola--, porque pareces otro.Y era verdad, José María no era el mismo. El valiente Requeté de otras jornadas, osado y temerario que se reía de la muerte, se mostraba rezagado, cobarde, temblón, se escondía detrás de todo lo que era defensa para su cuerpo....-- Es que... Mi Capitán.... Es que.... --dijo cortando las silabas como un tartamudo--. ¡HOY ESTOY EN PECADO!. Pero esta religiosidad se manifestaba también en toda la serie de actividades que caracterizaban a las organizaciones CATÓLICAS. Raro era el Tercio o la Compañía aislada donde, con Capellán o sin el, no se bendijeran las comidas, no se rezara el Rosario y el Angelus o no se cooperara en los actos piadosos de la población civil cuando se podía.
Bandera con el SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS protegido alegóricamente por las cadenas del escudo de Navarra, que fue bordado y regalado por las MONJAS CONCEPCIONISTAS FRANCISCANAS (RECOLETAS) DE TAFALLA a la Heroica 1ª División de Navarra.
En las más difíciles situaciones, pegados a cualquier quebradura del terreno, en medio del avance, durante un alto o en un rincón de la trinchera, en cuanto podía reunirse una escuadra o una simple pareja de Requetés y llegaba la hora de comer, sacaban el chusco, la lata de sardinas, el trozo de chorizo, el queso.......¡ah!, la bota de buen vino.... y uno, el más caracterizado, descubriéndose, decía: BENDICE SEÑOR LOS ALIMENTOS QUE VAMOS A TOMAR....
O se rezaba aquella plegaría que tanto gustó a los Requetés:
POR AQUEL NIÑO QUE NACIÓ EN BELÉN,
DIOS BENDIGA A LA MESA A LA PATRIA Y EL REY
La mayoría de los Tercios Navarros, si no todos poseían una cruz que era llevada en Campaña por un Sargento, denominado "Cristoforo", que normalmente no portaba armas. Su misión era la de servir de guía precediendo a los requetés que le acompañaban, y en caso de ser herido tener la posibilidad de lanzar una postrer mirada y oración al Cristo que al estar siempre en alto era visible para todos. Según Redondo y Zavala, la portaba un requeté que marchaba en la cabeza de todas las formaciones de la Columna y también en todos los avances. Aunque se veía menos que la bandera, su presencia era mas importante, y son muchos los Heroicos requetés que han muerto buscando su silueta, desde el suelo, para enviarle una despedida terrenal y un saludo de llegada a su reino celeste.
Heroicos muchachos del Tercio Ortiz de Zarate recibiendo la Bendición antes del Combate ¡VIVA CRISTO REY!
Nos cuenta Carmelo Revilla Cebrecos en su Libro "Tercio de Lacar":
Por efecto de las Granadas de artillería, el día 22 de Abril de 1937 resulta herido gravemente el alférez Don Gregorio Zubicos Guembe y tres Requetés. Uno de estos Requetés, D. José Lerga, fue llevado al Hospital de Azcoitia, donde fallece el día 24; cuando ingresó en el Hospital, una monjita fue a quitarle la camisa, que la tenía llena de sangre, y la dijo: NO ME LA QUITE, HERMANA, QUE QUIERO PRESENTARME DELANTE DE DIOS, COMO DEFENSOR SUYO, CON LA CAMISA DE REQUETÉ Y CON LA BOINA ROJA DE CARLISTA.
No mucho tiempo antes, el día 2 de Octubre, En el mismo Tercio de Lacar, se daba la desaparición del Requeté, Maestro Nacional y que desempeñaba el destino de pagador de una de sus Compañías. Subiendo ese día a los montes de Calamua para abonar las "sobras" a sus requetés se despistó y fue hecho prisionero por un Batallón de "Gudaris", llamado San Andrés, y llevado a Eibar, donde fue paseado por toda la población llevando colgada de un palo su boina roja, siguiéndole el pueblo en manifestación, hasta llegar al ayuntamiento para ser expuesto en el balcón, que al verlo la población gritaba: "Que lo maten", !Que lo maten". De la misma manera fue llevado hasta la plaza de Toros cuando ya los tendidos estaban repletos de un gentío que no hacía más que gritar lo mismo que frente al Ayuntamiento, y allí, como en los circos romanos de la antigüedad, murió este Requeté, que no quiso que le vendasen los ojos para ser fusilado, diciendo que el daría la orden de fuego, al mismo tiempo que GRITABA: ¡VIVA LA VIRGEN DEL PILAR! ¡VIVA ESPAÑA!.
En otro pasaje de su libro "Carmelo Revilla Cebrecos" nos cuenta: En la GLORIOSA TOMA del Monte "Vizcargui" fue muerto El Sargento Zabalegui que era natural de Artajona y Maestro Nacional en Mendigorria, muriendo de una bala que le atravesó un Catecismo que llevaba en el bolsillo que fue teñido de sangre y que como una reliquia conservan las Religiosas Dominicas Misionares de Pamplona, Zabalegui tenía otro hermano Requeté en el "Lácar", llamado José, al que todos los requetés le daban el pésame por la muerte de su hermano, pero este Requté Artajones, satisfecho de tener un hermano MÁRTIR, respondía: "¡Que pésames! Dadme la enhorabuena". Este BRAVO NAVARRO moriría al poco tiempo y los dos hermanos se juntaron en el CIELO, porque también salieron juntos para luchar y morir por Dios.
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