"SOIS TAMBIÉN VOSOTROS A MANERA DE PIEDRAS VIVAS EDIFICADAS ENCIMA DE EL...."
Epístola 1ª S. Pedro, II-5
Del libro de José María Palau "En Cristo y por Cristo" de Jóvenes de Acción Católica
Eso fué y es, Jaume Amat i Badrinas , piedra viva de esta Cristiandad, ejemplo que con la Gracia de Dios estamos edificando en nuestra Patria. A todos vosotros jóvenes de Acción Católica de las Parroquias de España que habéis de ser también "piedra viva", si de verdad queréis reedificar la Cristiandad, os recomiendo la lectura de estas páginas. Encontraréis en ella fortaleza y estímulo.
Escapando del Furor de los "Rojos" contra todo lo que suponía Iglesia de Cristo, el 11 de diciembre de 1936 salió de Barcelona llegando a Niza, donde permaneció cuatro días para arreglar los papeles y de allí salió para Alassio, donde espero, junto con su familia, la partida del "Rex" para Gibraltar.
Su espíritu de cruzado le acusaba al permanecer inactivo y se alistó en Sevilla, donde residía entonces, al Requeté de Catalunya en la Comisión Carlista de Asuntos para Catalunya. Le fue ofrecido repetidas veces entrar en las oficinas, pero jamás acepto, pues entendió que la antigüedad de su inscripción no le autorizaba para ello. El día 22 de febrero de 1937 ingreso en el Seminario de San Carlos de la Ciudad de Zaragoza, a la sazón Cuartel de Depósito del Tercio de Requetés de Nuestra Señora de Montserrat, y de allí al Frente de Guerra, Sector de Belchite (Mediana y Codo).
Jaime incorporado como voluntario al Ejercito defensor de la Fe de Jesús y al servicio de España volcó en el todos sus conocimientos de estudiante de Ingeniería Industrial en Tarrasa. Era digno de admirar su preclara inteligencia en todos los aspectos: en el aspecto militar estaba al corriente de todo lo que precisa a un hombre de mando. En cuestión de armas automáticas solo necesitaba verlas y conocía todas sus características y si algo desconocía no tenía sosiego hasta que había conseguido desarmarla para su estudio completo.
El Tercio de Requetés de Nuestra Señora de Montserrat en "rindan armas" en Misa de Campaña en Codo
Corría el mes de agosto. Era el 23 cuando los Rojos desencadenaron su furiosa ofensiva en el Sector de Belchite, Jaime puso de manifiesto en aquella operación sus excepcionales dotes estratégicas y su incomparable valor.
En una posición dos veces atacada con furia por los Rojos estaba de proveedor de fusil ametrallador de la escuadra y fue trasladado después a otra posición a ocupar el puesto de tirador. Cuando acababa de emplazar la máquina en un corral cercano a la posición del camino de Quinto empezó un tercer asalto de los Rojos. Atacaron con muchísima violencia y el combate duró más de dos horas. La última vez que vio a su hermano Luís fue a verle para recordar que era su Santo.
Jaume y su hermano Lluís Amat i Badrinas
Es el propio Jaime Amat quien nos relata el conmovedor dialogo en el mismo día de su inmolación:
Amaneció el día 25 de agosto y la vida de los que estábamos sitiados en la Casa del Cura corría graves riesgos, Veíamos todos el fin que nos aguardaba. Se me acerco mi hermano y con su sonrisa característica y con absoluta tranquilidad dijo: "Jaime, seguramente hoy no terminaremos el día, pero no es motivo suficiente para que dejes de darme las felicidades por celebrar hoy mi Santo".
En el fragor de aquellos combates, aquel mismo día, Luís Amat se inmolaba en sacrificio por Dios y por España, Llevando al Cielo la sonrisa de su alma candorosa y la ilusión de sus sueños.
Cuando los Rojos hubieron formado el cerco del pueblo formó la fuerza con la intención de romperla a punta de bayoneta y abrirse paso hasta las posiciones. Solo unos cuarenta sobrevivieron aquella epopeya en que rivalizó el Heroísmo y Ardor Combativo.
En los momentos de la batalla en que el fragor de la batalla en que el fuego era menos nutrido se rezaba el Santo Rosario por Grupos, uno de los cuales era presidido por Jaime con su semblante tranquilo con el que alentaba a los demás y con una grande unción.
Durante la estancia en la Casa del Cura sus palabras son escuchadas por sus compañeros como órdenes dadas por un Alférez. El resumen de bajas de aquellas gloriosas jornadas según anotaciones de Mossen Salvador Nonell (Prevere) es el siguiente:
De de los 189 Requetés de CODO Triunfaron 140 (134 en CODO + 2 Zaragoza + 2 Belchite + 2 Fusilados)
De los 40 Falangistas de la Bandera de Aragón Triunfaron 39
De los Paisanos que lucharon contra los Rojos Triunfaron 22
(Hay que destacar una Heroica mujer: Dª. María Arto Millán)
Pudieron escapar, rompiendo el cerco de Milicianos, de CODO 42 supervivientes que pudieron llegar a Zaragoza milagrosamente a Zaragoza (2 heridos murieron en Zaragoza).
y c
Sobrevivientes de la Batalla de CODO.
Para significar su temple que justifica y explica con toda elocuencia su vocación de apóstol y cruzado y su propósito firme de no reuhir el peligro cuando puede dar luz a sus Compañeros y orientarles en los peligros, vamos a dar cuenta de una carta admirable que escribió a su Padre desde Trasmacastilla el 16 de noviembre de 1937, cuando había recibido proposiciones suyas de un más seguro destino en otro cuerpo. En ella campea la entereza de un espíritu consagrado por entero a la salvación de las almas, consciente de los peligros que comportaba su decisión deliberada:
Mi estimado papá: Ayer por la noche recibí su telegrama del día 8 del corriente.
Hace tiempo que esperaba este aviso y por tanto la respuesta que le doy la he podido pensar bastante. La intención de usted al aconsejarme que procure entrar en Artillería no es precisamente porque prefiera este Cuerpo, sino porque cree más fácil que en él pueda conseguir una plaza en que desaparezcan, o por lo menos se reduzcan al mínimo, los riesgos de la guerra.
Este propósito lo he meditado mucho : en rigor, después del tiempo que llevo de frente nadie podría echarme en cara que ha rehuido exponerme a los peligros de la guerra y a sus sacrificios.
Por otra parte, caído mi hermano, no sólo hay peligro de que esta desgracia se doble sino que hay incógnita de la posguerra; ignoramos qué medios de vida tendremos después y mi ayuda para el sustento de la familia, que hasta el presente no ha sido precisa, puede convertirse en muy necesaria.
Esta última razón es la que más me ha hecho vacilar. Pero el recuerdo de mis compañeros caídos, de los tres hermanos S. de V. padre e hijo de G. de G, que habiendo perdido a su hijo no ha aceptado una plaza en la retaguardia. Usted me conoce de sobras y puede comprender que no resistiría dos meses la vida de retaguardia.
Estoy convencido de que mi deber está en el FRENTE y dispuesto a quedarme en él. Lo demás lo dejo a voluntad de Dios. Todo lo he dado para defender su Causa y El ha prometido devolver, ya en este mundo, el ciento por uno. En esta confianza descanso.
Descartado el propósito que me podría mover a ingresar en Artillería, ni creo haya ninguna razón para que cambie el arma. Peligros, en todas partes los hay; y en el requeté, tanto por los compañeros como por el ambiente, estoy más a gusto. Espero que muy pronto podré venir, pues nuestro Comandante nos ha reclamado, y una vez en Zaragoza no se hará esperar el permiso.
Mientras, dé recuerdos a los abuelos, a mis hermanos y a toda la familia. A Montserrat dígale que ya he recibido su carta y que ya la contestaré. y para mamá y para usted un fuerte a brazo de su hijo.- Jaime.
decisión Así son nuestros héroes y así se explica el secreto de los triunfos de ESPAÑA. Jaime en cuanto podía obtener algún permiso iba a Sevilla, para abrazar a sus padres donde residían.
Trasladado el Tercio a Torres de Berellén (Zaragoza), Jaime Amat es destinado a la Tercera Compañía, en el mes de diciembre de 1937.
Desde las tierras de Extremadura el día de Santiago de 1938, por la noche, el Tercio fué llevado precipitadamente al Ebro, donde la ofensiva roja arreciaba con dureza. La intensidad de los combates redujo la actividad del Centro de Vanguardia a lo puramente interior: mantener el espíritu cristiano y de cruzada entre los compañeros. Pues no solo era imposible toda reunión sino que los cuadros quedaron totalmente deshechos y desarticulada la organización que Jaime tenía tejida. Pese a las continuas andanzas que la lucha imponía, no descuidada Jaime sus deberes de apostolado y en las mismas trincheras, con grave riesgo de su vida, llevaba "Signo" a sus compañeros, animándoles en el combate.
EL TRIUNFO
La mañana del 23 de agosto de 1938 había de segar en flor una vida ejemplar y singularísima. En el Ebro la lucha se desarrollaba con inusitada violencia y en una de sus fases dan orden de ocupación de una casita blanca que se veía en el frente de la posición que ocupaba Jaime y su escuadra, cerca y a la vista de "Vilalba dels Arcs".
Descendieron con precaución de donde estaban y se advirtió que los Rojos iniciaban un movimiento envolvente. Ellos eran pocos. NO cabía otra solución que parapetarse o retirarse. Mientras estaba así decidiendo, suena una ráfaga de máquina automática y el Sargento Jaime Amat, que se disponía a camuflarse detrás de un avellano para dar ordenes, se sintió herido y tras una exclamación de dolor se sostuvo un momento y cayó.
Veísale retorcer de daño pero no profería palabra para no desanimar y salvar a sus compañeros. Sus ojos, fijos en ellos y al Cielo rogando a la par que por él y sus compañeros. Retiraron un poco para facilitar la salida de dos camilleros para recogerle y llevarle al botiquín. Cuando instalado le practicaron la primera cura de urgencia, pidió la cazadora y de ella sacó un billete de cien pesetas y la dio a uno de los compañeros diciendo.
-Para que os lo partáis; si no es por vosotros, muero.
No se lo aceptaron sus compañeros, manifestando que el único que puede recompensarles es Dios y que se limitaron a cumplir un deber de caridad con el amigo que tan tiernamente querían.
Verificada la primera cura de urgencia se advirtió que su herida era más grave e interesaba al vientre por lo que fue inmediatamente trasladado al Hospital de Maella, asistido por el equipo móvil quirúrgico del Capitán Zerolo. A las pocas horas de estar allí recibió la visita del Capellán del Hospital Militar, que oyó de él humilde y edificante confesión.
Fatigadamente, pues su estado era ya de suma gravedad dio algunas instrucciones para sus familiares y pidió al sacerdote un crucifijo. Se lo dieron.
Por última vez sostenía en su mano la imagen de Aquél a quien había consagrado si vida; de Cristo norte y guía de toda su actividad apostólica ; de Cristo, Ideal sublime objeto de su amor y a quien imitó siempre; mientras que con la otra mano retenía fuertemente la del sacerdote, instrumento humano de Dios para la santificación y postrera garantía del perdón y conforte. De está manera entregó Jaime Amat i Badrinas su alma a Dios, con gran serenidad y confortación, consciente de la trascendencia de aquel momento que preparándolo había consagrado su juventud. Este Sacerdote testificó de la muerte de Jaime haber asistido a la de un Santo y, contrariamente a lo ordinario, haber sido él quien recibió del moribundo confortación y consuelo.
¡Así Murió Jaume Amat i Badrinas en la Batalla del Ebro!
No cabía para él otra muerte porque ella es la característica de una vida heroica y llena de abnegación. Jesucristo, su modelo, murió en la Cruz, dando la vida por la redención humana. El sacrificio de la suya había de coronar también la generosidad de su meritísima actuación apostólica.
Su cadáver fue enterrado en el Cementerio de Maella y cuando dos días después fueron sus Padres procedieron a su exhumación provisional en un nicho del mismo cementerio. Un año más tarde, sus compañeros de Acción Católica de Tarrasa, el Centro en el cual iniciará sus actividades, les recibía en preciada custodia y le daba sepultura definitiva en el cementerio de su Ciudad Natal (Terrassa).
Esta paz es la que me ha permitido amar sin dudas ni vacilaciones; amar más cada día sin miedo de agotar la fuente de donde mana el amor. Amar es sufrir y el símbolo del más grande amor es a la vez el símbolo del amor más grande ; pero ¡que dulce es sufrir por amor! Amor es la varita mágica que todo los trasforma, y todos los sufrimientos son suaves cuando son por amor; porque el amor levanta el espíritu y desligándole de la metería, lo eleva hasta las regiones sobrenaturales donde se cumplen los anhelos; y el goce que esto da, compensa con creces el dolor que para conseguirle se sufre. La caridad es el fuego ardiente que por el camino del dolor nos lleva a la felicidad completa.
Y en la paz, la voluntad ha podido seguir firme y decidida por el camino del bien y de la perfección, guiada por el entendimiento, impulsada por el amor y conducida por la divina gracia.
He aquí cómo para la paz he podido empezar la cuesta que saliendo del tiempo acaba en la eternidad.
Jaime Amat
VIROLAI
Rosa d’abril,
Morena de la serra,
de Montserrat estel:
il·lumineu la catalana terra,
guieu-nos cap al Cel.
Amb serra d’or
els angelets serraren
eixos turons per fer-vos un palau:
Reina del Cel que els Serafins baixaren,
deu-nos abric dins vostre mantell blau.
Alba naixent d’estrelles
coronada,
Ciutat de Déu que somnià David,
a vostres peus la lluna s’és posada,
el sol sos raigs vos dóna per vestit.
Dels catalans sempre
sereu Princesa,
dels espanyols Estrella d’Orient,
sigueu pels bons pilar de fortalesa,
pels pecadors el port de salvament.
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