A principios del siglo XIV, unos 3.000
hombres declaran la guerra al Imperio bizantino. Son los Almogávares; un
atrevido grupo de Guerreros Hispanos,- Aragoneses y Catalanes, que en apenas diez
años expulsarán a los turcos de Anatolia, pondrán en jaque a todo un imperio
como Bizancio y
conquistará los ducados de Atenas y Neopatria. Tras el alevoso asesinato del
Caudillo Almogávar Rotger de Flor, los almogávares iniciarán su revancha
desafiando a uno de los imperios más poderosos de la época.
La fortaleza física y moral, el animo generoso y valiente. la
resistencia al dolor y a la fatiga, la arrogancia y el desprecio de la vida, son
rasgos definitivos de los españoles en todas sus epocas. Pero el secreto de la eficacia guerrera de la
infantería almogavar era
la extraordinaria rapidez y disciplina con la que se movía
y se adaptaba, en cada momento de la lucha, a las circunstancias y
el devenir de la batalla.
La vestimenta de los almogávares era dispar y no seguía una
uniformidad. Podían comenzar una batalla haciendo de ballesteros o lanceros, para
pasar a atacar, con su característica ferocidad, armados con
su temible "coltell" o espada corta. Una caballería ágil
y eficaz daba soporte a la estrategia almagavar y la complementaba.
La epopeya almogávar precipitó la revisión de
las estrategias militares de la época, bien representadas
en la prestigiosa caballería de los barones francos en Grecia.
El encorsetamiento del caballero y el de su caballo dentro de las
carcasas de hierro, cada vez más pesadas, y la nula capacidad
de maniobra demostrada delante de una infantería ágil y activa
como la catalana, llevaron a cuestionar la eficacia de la caballería
pesada como cuerpo de choque.
Cálzame las alpargatas Ponme la Boina; dame el fusil Que voy a matar más Rojos Que flores tienen Mayo y Abril Si nos preguntan ¿Alto Quien vive? Responderemos en alta voz Los VOLUNTARIOS del REY DON CARLOS Vivan sus Fueros y Religión Nobles CARLISTAS del Alma mía Miedo a las balas no hay que tener Por defender la bandera de DIOS LA PATRIA Y EL REY Voluntarios de Zaragoza y Teruel componían uno de los más
Heroicos Tercios de REQUETÉS de nuestra Historia que fue prácticamente eliminado
junto con el Tercio de Montserrat en al Ofensiva del Ejercito Popular sobre
Zaragoza. Sus voluntarios no solo eran de Zaragoza sino que los había del Pueblo
de POU (Teruel) y su zona, Olvega, Paralejo de las Truchas, Ricla, Allo y
Mediana (Tierra de HÉROES). El Tercio de los Almogávares fue posicionado por el mando
militar en la zona de BELCHITE y quedó encuadrado en la columna mandada por el
Coronel Sueiro y ocuparía las posiciones avanzadas del Cementerio y del
Seminario (a unos 800 metros del Pueblo). A finales del año 1936 las posiciones
se amplían a la "Serretilla" e incluso en el pueblo vecino de CODO donde
coincidirían con sus hermanos Carlistas del TRES VECES HEROICO TERCIO DE NUESTRA
SEÑORA DE MONTSERRAT. En noviembre y diciembre los Almogávares libran combates con
fuerzas del ejercito Republicano donde demuestran su arrojo y valor para la
lucha y fueron felicitados por ello. En fechas próximas a la Ofensiva
Republicana 24 de Agosto y 6 de Septiembre de 1937 el Tercio contaba con 270
hombres entre mandos y REQUETES y sabemos que los supervivientes fueron 33,
luego el Tercio tuvo 237 bajas en la Batalla de Belchite (100 Caidos y 137
heridos y/o prisioneros). Nos cuenta Josá María RESA en su Libro .......Sería
largísimo de contar todos los HECHOS HEROICOS QUE YO PRESENCIE EN BELCHITE
¡Cuantos Héroes Anónimos!. Se luchó encarnecidamente en todas las posiciones de
la Plaza; Seminario, Puerta del Pozo, Las Escuelas, el Trujal, la Iglesia, calle
del señor, Acequia de Becu y luego casa por casa junto a nuestros compañeros
Falangistas de aquella bandera del Glorioso y valiente Capitán Santapau que
junto con el Capitán Salas Paniello fueron los principales artífices de aquella
HEROICA DEFENSA de BELCHITE. Me llamaban "EL REQUETE" y allí que acudía siempre a todas
las partes donde se me necesitaba con mi fusil ametrallador que, por cierto,
despedía un fuerte olor a aceite de sardinas ya que lo usaba para engrasarlo y
esto les hacia mucha gracia. La verdad es que el fusil se encasquillaba mucho y me
pasaba la mayor parte del tiempo intentando repararlo..............
Del Libro "Memorias de un Requeté", del REQUETÉ del Heroico Tercio de
Almogávares José María RESA
EL HEROICO TERCIO DE LOS ALMOGÁVARES tuvo unos 100 Heroicos Caídos por DIOS LA PATRIA Y EL REY en Belchite y fue recompensado con la Cruz LAUREADA DE SAN FERNANDO por su sacrificio al igual que sus HERMANOS CARLISTAS de otros dos Tercios: de Nuestra Señora de Montserrat (CODO) y de Doña María de Molina y Marco de Bello (QUINTO). ¡TRES LAUREADAS PARA TRES TERCIOS DE REQUETÉS!
¡NO OS OLVIDAREMOS NUNCA BOINAS ROJAS ARAGONESES Y REZAREMOS SIEMPRE POR VOSOTROS!.
AGUSTINA SIMÓN "Margarita de la Tradición" NUESTRA HEROÍNA
Heroína, émula de Agustina de Aragón, Aragonesa También, MARGARITA de Zaragoza, que estaba de enfermera en el Seminario de Belchite, convertido en Hospital, y que en la HEROICA defensa del mismo hicieron los Requetés Aragoneses del Tercio de los Almogávares fue hecha prisionera. Estaba vestida ya de forma andrajosa, como el resto de los defensores, de manera que nadie podía averiguar que pudiera ser mujer, pues sus ropas femeninas habían sido convertidas en ventajes para los heridos. Llevada en un camión con los prisioneros, que no habían querido rendirse sino reducidos a la fuerza, fue fusilada junto con los Requetés y enterrada con ellos en la misma fosa. Aseguran que el enemigo le ofreció la vida a cambio de sus servicios como enfermera, pero ella rechazó la oferta diciendo. "NO ME SEPARO DE MIS REQUETÉS". No quiero nada con los enemigos de Dios y de mi Patria.
La Margarita de la Tradición Agustina Simón tuvo ocasión de volver a su casa, pero despreciando el porvenir que su juventud le ofrecía, se quedó firme en el puesto de peligro, inmolándose en el altar de sus inmortales creencias, pero fue fusilada ¿NO SE QUE MAL HUBIERA PODIDO HACER UNA ENFERMERA?, con sus Requetés. En el momento del fusilamiento por las tropas ROJAS extranjeras fue ella quien grito ¡VIVA ESPAÑA Y VIVA CRISTO REY!.
AGUSTINA SIMÓN TU SERÁS SANTA Y VIVIRÁS PARA SIEMPRE EN LOS ALTARES DE ARAGÓN Y ESPAÑA
RELATO DE UN COMBATIENTE ESPAÑOL Y CATÓLICO (2005)
Por mi parte, narraré dos anécdotas de entre muchas que son inéditas y que nunca se sabrán:
Era el 4
de septiembre de 1937. Algunos de los defensores de la Posición avanzada del
Seminario Menor de Belchite que no estaban heridos cayeron prisioneros, y en
aquella noche trágica se les tomó declaración en el puesto de mando de las
Brigadas Internacionales. Un comunista español es el que interroga a los
prisioneros. -«Si blasfemas, se te perdonará la vida». El prisionero que estaba
detrás, se adelanta y con voz firme y mirando cariñosamente al joven dice: -«Un
requeté jamás puede blasfemar». «¿Quién eres tú para dar órdenes y consejos?»
-«Soy el capellán del Tercio de Requetés». Al padre Pantaleón Cobeta, lo
arrastraron fuera de la chabola y le dispararon dos tiros. No cabe duda de que
el capellán sabía lo que le iba a suceder con su acto quijotesco a la par que
apostólico.
En la noche de ese mismo día, en Hijar estaba prisionera Agustina Simón,
enfermera de primera línea en el frente de Belchite. Se le llamó y se le ofreció
salvar su vida. -«Si prometes ser enfermera en nuestros hospitales, esta noche
no te fusilaremos». Contestó toda resuelta, sin quitarse la boina colorada.
-«Conforme, si me garantizáis por escrito que me autorizaréis a rezar el Rosario
en los hospitales, juntamente con vuestros enfermos y heridos». Como
contestación se oyeron unas blasfemias. Aquella noche no fue fusilada Agustina,
sino asesinada a bayonetazos, por la osadía de su propuesta y por sus últimas
palabras de perdón. Son actos heroicos y de martirio; pero también son un modo
de entender la vida como D. Quijote, sin miedo a las consecuencias sabidas de
antemano.
Las genocidas brigadas internacionales no sólo defendieron Madrid, sino que atacaron y destruyeron Teruel; y antes Belchite y Codo, con la finalidad de conquistar Zaragoza y de convertir la Basílica del Pilar en café y salón de baile. Muy destacadas fueron esas actuaciones (agosto y septiembre de 1937). Por cada defensor nacional en esos pueblos, había más de veinte internacionales comunistas o seudocomunistas, con la ayuda de los anarquistas españoles.
Además de la combatividad y del odio de los brigadistas, hay que destacar que asesinaban a los prisioneros nacionales. En las proximidades de Hijar, hay una Cruz que recuerda el fusilamiento de más de treinta prisioneros. En un cerro de Quinto de Ebro (Carretera de Castellón, y acceso a la carretera a Belchite) hicieron otra matanza. En esta ocasión, fue la Brigada de comunistas norteamericanos. Las varias docenas de heridos que cayeron prisioneros en el Seminario de Belchite fueron trasladados al Cementerio para fusilarlos. Lo mismo sucedió con la unidad de Falange que defendía la posición San Simón, en la Sierra de Alcubierre, al final de abril de 1937. No debe ser olvidado el comunista ruso, conocido como «El carnicero de Albacete», el criminal de guerra.
|
Del libro de D. Luís Fabián Blázquez "Riesgo y Ventura de los Tercio de Requetés", Ed. Actas.
Se formó el Tercio de los Almogávares recogiendo a los más florido del Carlismo combativo zaragozano; fue el auténtico Tercio salido de la buena escuela de aquel guerrero, y a Dios gracias intransigente "NÚCLEO DE LA LEALTAD", merced a cuya existencia el Carlismo pudo sobrevivir.
En su preparación las gentes de la mejor cepa; en su reclutamiento, ausentes ya por desgracia varios de los mejores -como el propio Jefe Regional Carlista que se hallaba preso en las cárceles rojas por su papel en un malogrado contrabando de armamento para estos mismos requetés. La batalla de Belchite y otras acciones de guerra, arrasó a los más de ellos; en Belchite feneció un Santa Pau (al mando de una bandera de Falange), el Capitán Cobeta, Félez Millán, García Martín, el propio Don José Lou, Mosen Polo, Sopesens, alma del requeté en los días de la Republica y gran parte de los componentes del Requeté Zaragozano.
De los pocos supervivientes al asedio o ajenos al mismo por cursos u otras circunstancias, la guerra segó también a varios, así Alejandre, Jefe del Requeté de Zaragoza, que murió como Sargento en el Tercio del Pilar; Simeón Garcés, abanderado, que paso al Tercio de Valvanera y allí murió; Santa Pau, muerto en el asedio de QUINTO por las mimas fechas que sus compañeros de ALMOGAVARES Y MONTSERRATINOS Catalanes, junto a sus hermanos Falangistas.
El Tercio de Almogávares se hallaba con unos 300 hombres efectivos, distribuidos en las posiciones del: 1.-Seminario Menor; 2.-Cementerio; 3.- Río y 4.- Olivar de Codo. Cuando la invasión masiva del ejercito Rojo Internacional -unos 35.000 hombres- aisló alguna de ellas, el tercio se concentró en el Seminario Menor aspillerado, y allí continuó la lucha sin igual.
Cañones que truenan incesantes, emplazados a escasos metros de los débiles muros, paredones que se derrumban y héroes que, asomados por todas las brechas, rechazan por repetidas veces a la Infantería enemiga. "Sobre montones de escombros y en una atmósfera cargada de gases, humo y polvo de explosiones y derrumbamientos, era prácticamente irrespirable , y abolía la visibilidad de los Requetés, con bombas de mano y cuchillo-bayoneta, entonando las estrofas del ORIAMENDI , rechazaba asalto tras asalto, fue la del Seminario menor la última posición al replegarse sobre Belchite, según la previsión del mando del sector. Prodigio de valor y de sangre esta retirada que redujo los efectivos a unos 120 hombres comandada por el Oficial de Requetés D. Pedro Royo Royo, alarde de bravura, de fe y de entusiasmo. Continuaron la lucha en Belchite y, más tarde, fueron flecha acerada en la cuña que rompió el cerco del pueblo para dejar en Zaragoza, derrotados solamente en sus carnes y uniformes, victoriosos como nunca entre su sangre y sus padecimientos, a los pocos supervivientes y solo 33 hombres alcanzaron alcanzaron postrarse ante la Virgen del Pilar como evadidos de Belchite. Allá quedaban Capitanes como Perdices, Oficiales como los Saez de Cenzano, García Martín, Sopesens y Felez , los Capitanes Cabeza, Lou y Polo, once suboficiales y 183 requetés, pocos de los cuales (un puñado se libro de los fusilamientos) cabo la guerra. NO CABE DUDA QUE DESAPARECIO EL MEJOR NUCLEO DE LA COMUNION CARLISTA ARAGONESA "EL NÚCLEO DE LA LELTAD".
De las Páginas de un Diario del Tercio podemos vivir con ellos los días de lucha por Dios, La Patria, Los Fueros y el Rey en BELCHITE.
□ Día 2 de Agosto.- En el plan defensivo trazado por el Jefe del Sector, figura la organización de fuertes núcleos de resistencia; cada vez más reducidos, vista la envergadura del ataque, hasta llegar, si fuera preciso, a la constitución del último, formado, hacia el centro de la población, por la Iglesia Parroquial, el Hospital y las casas contiguas. Las posiciones a la orden de retirarse deben converger hacia estos puntos. "La posición del Seminario Menor, guarnecida por requetés del Tercio de los Almogávares" ha sido la última en realizarlo".
□ Día 3 de Agosto.- De madrugada, han llegado los últimos defensores del Seminario y han sido felicitados por el Jefe del Sector por su tenaz defensa, expresándole la ansiedad con que esperaba su llegada como refuerzo para mantener la guarnición. Granadas de mano sin carga habían sido portadoras de la orden de repliegue para estas fuerzas. Al objeto de obtener el máximo rendimiento en la defensa de Belchite, y en vista de su elevadísimo espíritu combativo, los requetés de Almogávares son entremezclados con la tropa en todos los parapetos del perímetro defensivo, para elevar la moral de los heroicos defensores.
La operación realizada para romper el cerco al Seminario -aislado del resto del Sector por cuantiosas fuerzas- ha obligado a emplear profusión de bombas de mano y ataques a la bayoneta, en lucha cuerpo a cuerpo, a fin de atravesar el río, en cuya margen izquierda se hallaba atrincherado el enemigo; hubo que ocupar las trincheras, situadas a pocos metros del propio cauce y el último asalto, conseguidos aquellos objetivos, traer hasta Belchite a los supervivientes del Seminario.
□ Día 4 de Agosto.- El Tercio a quedado reducido a 120 hombres que pueden luchar y lo hacen en los parapetos de Belchite. Se da la orden de replegarse a las casas del pueblo donde prosigue la resistencia casa por casa.
□ Día 5 de Agosto.- Por último, recluidos en la noche de esta jornada, en un pequeño núcleo de casas ya casi derruidas y en poder de los rojos el resto de la Villa, el enemigo prende fuego a las casas vecinas y el cerco se cierra más y más. Previa orden recibida del mando de la Quinta División, asaltando cuatro líneas de parapetos con cuchillo y bayoneta y las pocas granadas de mano disponibles, tras de diversos episodios de lucha inmediata cuerpo a cuerpo, los restos de la guarnición de Belchite dejan el campo cubierto de escombros, de llamas, de cadáveres, y consiguen en una pequeña parte, abrirse camino hasta las las líneas propias.
El número de bajas que el Tercio tuvo, fue calculado en los primeros momentos en el 60% de sus efectivos (86% si se cuentan los desaparecidos). Los llegados a Zaragoza tras la orden de retirada se limita a 33 infantes: Capitán de Nieva, Oficiales Navarro, Sagarra, Pérez Lahuerta y Royo; Sargentos Sagarra, Lega, Berdejo y Alejandre; Cabos Lou, Cortel, Laborda, Gil y Lapeña; 19 Requetés; todos ellos en los límites de su capacidad de resistencia física, heridos 14 de ellos y algunos de gravedad.
El computo de bajas es de 203, de las que 24 son muertos reconocidos, 55 heridos igualmente asistidos - más unos y otros dejados en Belchite por la imposibilidad absoluta de conducirlos a través de la líneas rojas; 14 heridos que alcanzaron a salir y 110 desaparecidos, de los que la mayoría fueron fusilados por los rojos (como a Agustina Simón) y solo unos cuantos fueron recuperados en el decurso de la Guerra del Penal de San Miguel de los Reyes en la ofensiva final de la Cruzada.
Cruz en la Posición avanzada del Seminario Menor (Al fondo Belchite) y Torre del Reloj en Belchite
Fuente: “Ejercito Popular de la Republica. Autor: Coronel
D. Ramón Salas Larrazábal”,
transcrita a formato electrónico sin ningún animo de lucro y para su difusión y conocimiento general, que no pretende
excluir, ni sustituir la adquisición del libro original, o las
sucesivas reediciones.
La Agrupación A lo haría a partir de las dos horas del día 24 de
Agosto del año 1937,
inicialmente sobre Zuera y después de atravesar el río Gallego dejaría
una brigada para retener el Cruce del Ferrocarril y la Carretera y
prevenir cualquier peligro procedente del norte; simultáneamente
destacaría una columna motorizada, compuesta por otra brigada, una
compañía de ingenieros, una batería de artillería y todos los tanques y
blindados de la Agrupación, cuyo grueso se dirigía a Zaragoza,
siguiendo la carretera Zuera- Villanueva del Gallego, en tanto una
fracción de la misma, integrada por un batallón motorizado, lo haría
por la otra parte del río, a lo largo de la carretera Zuera- San Mateo
de Gallego; la misión de esta pequeña columna sería flanquear la
anterior. Al llegar la brigada motorizada a San Gregorio, a siete
kilómetros de Zaragoza, dejaría un batallón que ocuparía la posición y
la defendería, y con el resto de las fuerzas entraría en la ciudad
atravesando los puentes de Hierro y de Piedra, hasta llegar a la
Estación de Ferrocarril y El Pilar. El grueso de la Agrupación seguiría
a la columna motorizada, ocuparía Villanueva del Gallego y entre las 21
y 22 horas del día 24 entraría en la ciudad, en la que tomaría posesión
del Castillo de la Alfarería, de las casas de Teléfonos y Correos, de
la Audiencia Provincial y del Hotel Universal, donde según la orden, se
alojaban los técnicos alemanes e italianos.
La Agrupación B se concentraría en la zona de Farlete e iniciaría su
avance a las cuatro horas del día 24, por la carretera de los
Pedruscos, Villamayor y Sta. Isabel, y como la anterior, destacaría un
grupo motorizado con una batería que debía de llegar a Zaragoza entre
las 21 y 22 horas, lo más tarde. Los últimos kilómetros de su recorrido
los haría por el mismo itinerario que el grupo de flanqueo de la
Agrupación A.
La Agrupación C tenía su base de partida en la zona de Pina de Ebro, al
norte del río; a las cuatro horas atravesaría la corriente fluvial y
progresaría hasta la Estación de Ferrocarril de Pina, y desde allí
seguiría hasta cortar la Carretera de Zaragoza a Quinto, entre los
Kilómetros 36 y 39, en los que se fortificaría dejando libre la
calzada. al amanecer del día 25, atacaría Quinto en combinación con
tropas del V Cuerpo de Ejercito de la agrupación D, en la que quedaría
absorbida.
La Agrupación D, que constituía la fuerza principal, adelantaría su
acción a las 21 horas del día 23 de agosto, es decir, siete horas antes
que las restantes, y como en Brunete, intentaría una infiltración
nocturna por sorpresa, que debía situar en la línea Mediana- Fuentes
del Ebro a la 4ª Brigada de Caballería y a la 100ª Brigada de la 11ª
División. Esa vanguardia retendría la línea alcanzada, en la que se
fortificaría, y detrás de ella dos brigadas alcanzarían las alturas
existentes entre Quinto, Mediana y Fuentes de Ebro, desde las que
cooperarían con la Agrupación C en el asalto a Quinto. Otra Brigada
atacaría el pueblo de Codo y cortaría la carretera de Belchite a Zaila
y Mediana, situándose frente a Belchite. Mientras se desarrollaban esta
acciones de limpieza a retaguardia de la línea Mediana- Fuentes de
Ebro, alcanzado por la vanguardia, el grueso de la Agrupación la
atravesaría y seguiría rápidamente a Zaragoza, y después de alcanzar y
ocupar Torrero y Montemolín penetrarla a las 21 horas en la ciudad,
posesionándose de Telégrafos, del CG. Falangista, de sus Servicios de
Información, de los Cuarteles del Ejercito, de las Estaciones de la MZA
y Ferrocarriles de Cariñena, del Banco de España y del local de la CNS,
hasta llegar a la calle del Coso y la plaza San Miguel, donde enlazaría
con las Agrupaciones A y B. El día 25 se ocuparía Quinto y las fuerzas
que alcanzaran la línea Mediana- Fuentes de Ebro avanzarían hasta otra,
jalonada por Zaragoza, Cadrete y el Km. 12 de la Ctra. de Cariñena.
Cooperando con las fuerzas de Modesto las tropas en línea del XII
Cuerpo (25ª Div.) avanzarían el día 24 hasta 500m de belchite, al
objeto de dar la impresión de un avance general por todo el frente, en
tanto una división eventual, la de flanqueo que mandaría el Tcol. Pérez
Salas, iniciaría sus operaciones, como las restantes agrupaciones, a
las cuatro horas del día 24, con la misión de ocupar la Puebla de Albortón y envolver Belchite por el noroeste, cortando sus
comunicaciones a la vez que cubría el flanco izquierdo de la Agrupación
D y colaboraba en el cerco total de Belchite.
La orden disponía que toda la atención de los mandos debía de
concentrarse en el objetivo principal, hasta llegar a “desatender en
absoluto las acciones secundarias sobre Quinto u otras a retaguardia”.
Vicente Rojo en sus instrucciones generales reclama sorpresa y secreto,
y rubrica: “no atacar de frente, pasar de lado las vanguardias y
envolver los gruesos”. Señala que “las direcciones de ataque elegidas
constituyen puntos débiles de la línea enemiga contra la que no debe de
empeñarse un combate por el fuego”. “Profundizar sin temor a dejar los
flancos descubiertos, en la seguridad de que otras fuerzas de la
retaguardia tienen la misión de apoyar y crear la seguridad de las que
profundizan”. A la caballería le advierte, como a las fuerzas
motorizadas, que “no teman superarse mucho del grueso de las columnas,
pues sus movimientos serán fáciles, ya que desde los primeros momentos
operaran en zonas de retaguardia, donde el enemigo no está organizado y
si actitud no puede ser otra que la de desconcierto y débil
resistencia”. A la aviación, de la que se queja que actúa con demasiada
independencia, le pide mayor enlace con tierra, pues “no debe olvidar
que la infantería tiene la impresión de que la aviación nuestra actúa
muy poco tiempo a su vista y en cooperación con ella”. En cuanto a la
presunta respuesta del enemigo, supone Rojo que este lo hará con
reservas locales, pero que estas reservas deben ser
batidas y arrolladas. Más tarde es de esperar que empleen aviación en
número restringido, a la que contestará la caza y la antiaérea. Supone
que el enemigo intentará acciones en masa de aviación y
artillería, en cantidad de 50 a 80 aparatos, pero para entonces
nuestras tropas deben de tener líneas sólidas, estar perfectamente
enlazadas con las unidades laterales, y por lo tanto, en disposición de
hacer frente con éxito al contraataque, Dada la tenacidad del enemigo,
supone que la lucha será dura a partir de ese tercer o cuarto día y que
mandos y tropas deben estar en condiciones de resistirla durante un
periodo prolongado de 15 a 20 días.
El V Cuerpo de ejército, del que se desprendió la 45ª Div. que
paso a la zona del XI Cuerpo, era el encargado de realizar el esfuerzo
principal y dicto su orden de ataque número I a las 13h del 22 de
agosto. Modesto articulaba sus fuerzas en cuatro columnas:
1ª Columna al mando de Luis Rivas Amat, jefe de la 100ª Bda.
mixta, constituida por esta y la 4ª Bda, de caballería. Era la
encargada de situar un frente defensivo en la línea Mediana-Fuentes de
Ebro y ocupar ambas localidades hasta que una vez conquistada Zaragoza
pasara a la línea Zaragoza-Cadrete, Km. 12 de la Ctra. de Cariñena.
2ª Columna al mando del General. Walter, que contaría con las tropas
de las Brigadas Internacionales XI y XV, y cuya misión sería la de
envolver y ocupar Quinto, limpiando el terreno circundante.
3ª Columna al mando de Nilamón Toral Azcona, jefe de la 32ª Bda.
de la 35ª Div., que tendría a sus ordenes su brigada y la 116ª Bda. de
la 25ª Div. Su misión sería la de ocupar Codo y seguir hacia Belchite
que sitiaría en cooperación con la 25ª Div., reducida a una sola
brigada: 118ª Bda. de Cristiano Castán.
4ª Columna, la principal, mandada por Líster e integrada por las
1ª y 9ª Bdas. cuyos jefes eran Fco. Cacho Villarroig y José Montalvo,
que habían sustituido a Alberto Sanchez y Gonzalo Pando, muertos en
Brunete. La columna, totalmente motorizada, se lanzaría resueltamente
por el Camino Viejo y a ella correspondería el honor de entrar la
primera en Zaragoza.
En Reserva del cuerpo mantenía Modesto a la 134ª Bda. mixta de la
31ª Div. que tenía por jefe al Cte. de Infantería Celestino Miranda.
Como medios adicionales, la Agrupación Modesto contaría con dos
grupos de 7´62; dos de 105mm y uno de 75mm; tres Bons. de Ingenieros;
un Bon. y una Cía. de Tanques y 35 Blindados. Des estos medios se le
entregaron a Líster 24 Tanques, 27 Blindados y 2 Baterías de
Artillería. Todo el resto, excepto 10 Tanques que se afectaron a la 2ª
columna, quedaron a disposición del cuerpo.
Modesto analiza el frente del enemigo, del que dice que tiene su
primera línea dos Kms. al sur de Belchite y se prolonga por un sistema
de defensa que rodea el pueblo “constituyendo el conjunto, una mediana
organización defensiva reducida a la ocupación de pequeñas posiciones,
dejando grandes espacios sin ocupar”. En cuanto a sus efectivos dice
que su densidad “es muy pequeña en Codo y algo mayor en Belchite y
Quinto, sin ser excesiva”.
Estas ordenes dan fin al periodo de preparación y principio a la
fase de operaciones, pero en la distribución de fuerzas y medios hay
algo notable que debe consignarse forzosamente y es que de las 28 Bdas.
implicadas (27 mixtas y un de caballería), ocho eran de base confederal
(116ª, 117ª, 118ª, 119ª, 120ª, 127ª, 141ª y 153ª) y catorce de base
comunista (1ª, 9ª, 100ª, XI, XII, XIII, XV, 6ª, 21ª,32ª , 102ª, 122ª,
123ª y 124ª). Todos los jefes de la 4 agrupaciones y de las cinco
columnas de la Agrupación Modesto y la Div. Eventual de Flanqueo eran
comunistas excepto Pérez Salas.
Inicio de la Operación: 24 de Agosto de 1937, 5´00h de la mañana
El General Pozas estableció su puesto de mando en Bujaraloz y en su
enmendación se situó el Jefe del Estado Mayor Central, Col. Rojo. Los
ataques se iniciaron después de los inevitables retrasos motivados por
las dificultades en los relevos de las unidades en línea y en los
movimientos previos de las fuerzas para situarse en sus bases de
partida.
La Agrupación A vadeo el Río Gallego y llegó hasta las
inmediaciones de Zuera que no pudo ocupar, como tampoco su Estación de
Ferrocarril situada en la otra orilla del río.
El inefable Kléber, de la agrupación B, empezó pronto a enviar sus
fantásticos informes dando cuenta de supuestas victorias que esta vez
limita en extensión por haber encontrado “fuerte resistencia”. En
realidad apenas había hecho nada ni topado con nadie.
La Agrupación C atravesó el Río Ebro y ocupó la Estación de Pina.
La fuerza principal consiguió los objetivos menores, pero fracasó en
sus grandes misiones. La primera columna, al mando del Mayor Rivas
llegó hasta el frente de Mediana - Fuentes de Ebro, pero no logró
ocupar ninguna de las dos localidades en las que las guarniciones
resistieron tenazmente. La columna del Gen. Walter conquistó el
Cementerio de Quinto y aisló el pueblo en el que sus ocupantes se
mantuvieron con firmeza rechazando dos ataques sucesivos. En vista de
ello Modesto solicito del Gen. Montenegro, no de Hidalgo de Císneros,
que acudiera la aviación para efectuar un bombardeo masivo de
preparación antes de un tercer ataque que cree “no será difícil pues
escasamente hay unos doscientos hombres”.
La columna de Toral rebasó y cercó Codo y llegó más allá de
Belchite, por lo que al final de la jornada pudo reforzar el sector de
Mediana con la 32ª Bda. y el de Quinto con la 116ª Bda.
La columna motorizada de Líster avanzó hasta Fuentes de Ebro, pero
de allí no se podía pasar porque el pueblo y la carretera se defendían
ferozmente por la guarnición local. No obstante, el General RUSO Gregorovich
facilitó personalmente una información que transmitió el ejercito al
Estado Mayor Central, con la salvedad de que “hasta el momento actual”
no ha sido confirmada, en la que el general soviético aseguraba que la
columna de Líster se encontraba a 1500m de los puentes de Zaragoza y
que personalmente había viajado en un blindado para comprobar las
resistencias existentes. Los mariscales soviéticos faroleaban tanto,
por lo menos, como sus alumnos carpetovetónicos.
En conjunto, el avance había sido considerable en el sector de
Zuera y profundo en el de Belchite, pero su significado era escaso,
pues se reducía a progresiones en los espacios vacíos. Las posiciones,
rebasadas o no, resistían con firmeza y la línea Mediana – Fuente de
Ebro, que habría de servir como base de lanzamiento de la columna
motorizada, no se había ocupado.
Al flanco izquierdo, la División Eventual de Pérez Salas tampoco
llegó a la Puebla de Albortón y a su derecha las fuerzas que le
quedaban al Col. Sanchez Plaza avanzaron hacía Belchite que quedó
prácticamente aislado.
De lo planeado a lo conseguido distaba un abismo, pero aún así se
mantenía un moderado optimismo, pues en general se había apreciado
alguna debilidad en el dispositivo enemigo, aunque se mantenía en lo
fundamental.
Las jornadas siguientes irían quebrantando lo que quedaba de
optimismo, al tiempo que la resistencia del enemigo se endurecía en el
frente y se mantenía desesperadamente en los reductos dejados en la
retaguardia.
El día 25 los nacionales contraatacaron a la Agrupación A que
cedió parte de lo ocupado la víspera en la margen derecha del Río
Gallego. Kléber se lanzó a la conquista de Villamayor del Gallego,
localidad que atacó con dos batallones que retrocedieron al ser
contraatacados. Se les reitera la orden de ocupar el pueblo e insisten
de nuevo sin éxito.
La Agrupación C enlazó en Quinto con la D y, como estaba previsto,
quedo integrada en ella después de ocupar la ermita de Boneste.
Las fuerzas de Modesto, incrementadas como hemos visto con la
Agrupación C, no lograron grandes cosas: Wálter siguió estrellándose
ante la reducida guarnición de Quinto, en tanto la 116ª Bda. del
anarcosindicalista Boada, más afortunada, logró ocupar Codo al caer la
tarde, después de que sus defensores, requetés – Catalanes del Tercio
de Requetés de Ntra. Señora de Montserrat -, habían perecido en su casi totalidad.
Al final de la jornada Quinto se encuentra también prácticamente
ocupado aunque en su interior se mantienen algunos núcleos aislados de
defensores que resisten.
Todo esto ocurría en la inmediata retaguardia del grueso de las
fuerzas de Modesto que habrían de desarrollar el máximo esfuerzo en la
dirección principal. En ese sector se hicieron intervenir, afectándolos
al V Cuerpo, a la 21ª Bda. de la 24ª Div. y a la 134ª Bda., que
normalmente pertenecía a la 31ª Div., pero que, para la operación
figuraba como reserva de la Agrupación D. Estas dos unidades reforzaron
la punta de lanza de la 11ª Div. que siguió estrellándose ante Fuentes
de Ebro cuyas posiciones defendían los Guardias de Asalto de Zaragoza.
En Mediana chaqueteo la 4ª Bda. de Caballería que ese día y la víspera
había sufrido muchas bajas y fue allí donde se situó la 134ª Bda.
Líster tomó a su cargo el mando de todo el frente entre Mediana y
Fuentes de Ebro, y su columna motorizada se mantuvo tascando el freno a
2 km. a retaguardia de Fuentes de Ebro.
En el frente del XII Cuerpo se consiguieron ligeros avances de las
Div. 30ª y 25ª, y el día 26 quedo a cargo de esta gran unidad el asedio
de Belchite, cuyo cerco total quedó perfilado; también quedaron
encuadradas en el XII Cuerpo las fuerzas que la víspera ocuparon Codo
con lo que pasó a ser responsabilidad de Sanchez Plaza la limpieza de
todo el terreno a retaguardia de Líster. Según Vicente Rojo estas
fuerzas hicieron 821 prisioneros y capturaron 6 piezas de artillería,
20 ametralladoras y 1500 fusiles. aún suponiendo que en esa cifra se
englobaron las pequeñas guarniciones de Codo y Quinto y la de las
posiciones del sector, la cifra parece algo exagerada y muy fácilmente
incluya a los paisanos de esas localidades. La Div. Wálter dio por
finalizada la limpieza de Quinto a las 18h del día 26.
En Fuentes de Ebro se luchó con extremada violencia pero no se
consiguió dar un paso adelante. Al darle cuenta Rojo a Prieto de las
novedades de la jornada le dice para consolarlo “que el enemigo está
muy agotado”.
La orden general de operaciones número 2 del V Cuerpo, fechada a
las 21´50h del día 26, señala que sus fuerzas han alcanzado una línea
jalonada por el km. 4 de la Ctra. de Belchite a El Burgo – Cabeza de
los Dineros – Alturas al SE de Mediana – alturas de la margen derecha
del Río Ginel – Rodén – 800m al sur de Fuentes de Ebro – Quinto.
Para el día 27 ordena que la 11ª Div. , reforzada por la 134ª Bda.,
ocupe Fuentes de Ebro, corte la Ctra. de Belchite a El Burgo, y se
instale en las Alturas al N del valle del Río Ginel que dominan Mediana
y Fuentes de Ebro. Detrás la 35ª Div., una vez conquistado y limpiado
Quinto, pasaría a ocupar posiciones en la Ctra. Zaragoza – Castellón
entre los km. 27 y 28 y desde allí avanzaría al amanecer hacía
Zaragoza. Una de sus brigadas, la XI internacional, quedaría enlazando
con la 11ª Div. cuando llegara a la Manga, al S de la Matilla y al N de
Fuentes de Ebro, en tanto las otras que serian la XV internacional y la
102ª Bda. seguirían hacia Zaragoza, en cuyo itinerario fuerzas de la XV
Bda. guarnecerían y mantendrían a toda costa el Cruce de la Ctra.
General, por la que avanzaban, con la de Belchite a El Burgo, pueblo
que ocuparían unidades de la 102ª Bda.
Señala, como norma de conducta, a las fuerzas de Wálter que el avance
debía de efectuarse entre el río y el ferrocarril “sin pretender forzar
aquellos núcleos, como Fuentes de Ebro, que podrían entorpecer la
marcha” y añade: “cuidar el enlace con la 11ª Div. pues de ello puede
depender el éxito”.
El primer día se pensaba que bastarían dos brigadas para ocupar y
defender la línea Mediana - Fuentes de Ebro y otras dos para dirigirse
simultáneamente a Zaragoza. el día 27, tres más tarde, toda la División
Líster, reforzada con las brigadas extraídas de las Div 24ª y 31ª y con
los restos de la 4ª de Caballería, resultaban insuficientes para
proteger la línea de partida y había que renunciar a ocupar Fuentes de
Ebro limitándose a rebasarle por su flanco. Para el avance hacía
Zaragoza se necesitaba a toda la División Walter, que previsoramente
iba reduciendo su punta de lanza, a medida que progresaba, al tener que
dejar grandes jirones de sus fuerzas en la protección del itinerario.
Al norte del río las agrupaciones A y B siguieron frenadas y lo
único que pudo decir Rojo en su informe al ministro es que la A
conservaba sus posiciones. Kléber sigue fracasando frente a Villamayor
y se lamenta de que la XII Bda. Internacional, los italianos der
Pencheniatti, no “tienen su moral a la altura necesaria” y de que los
sindicalistas de la 119ª Bda. “no valen para nada”. En realidad la XII
Brigada Internacional sufrió fuertes bajas y a pesar de los refuerzos
recibidos de las Bda. 130ª,131ª y 141ª no logró sus objetivos. Kléber
alaba a los de la 130ª y se queja del comportamiento de los demás, de
los que dice que no estaban fogueados. Demasiadas disculpas para velar
una clara incapacidad en el mando. Las ordenanzas españolas dicen
sabiamente que ningún superior puede disculparse, en asuntos que debe
vigilar y dirigir por sí, en errores o faltas de sus inferiores. Kléber
no deja de hacerlo nunca, siempre son sus inferiores los responsables
de lo que pudo y debió de hacer él. En esta jornada relevó a Pencheniatti
del mando de la XII Brigada Internacional, que entregó a Nino Raimondi, lo
que no mejoró las cosas.
En la jornada del 27 continuó la acción ofensiva en todos los
sectores y durante ella se alcanzó la máxima penetración de las fuerzas
del Gen. Pozas. Pérez Salas logró llegar a la Puebla de Albortón. La
agrupación A de Trueba forcejeó sobre Zuera, localidad en la que se
sucedieron ataques y contraataques, y el sector principal, el cuarto
Bon. de la 100ª Bda. de Líster alcanzó Mediana.
En la inmediata retaguardia, Belchite atraía la atención general y
el Col. Sanchez Plaza, que como dijimos quedó encargado de su captura,
solicitaba para lograr su objetivo “tropas más aguerridas”, petición
que provocó un telegrama del Gen. Pozas, que debió del ser muy duro,
pues Sánchez Plaza lo calificó de “muy desagradable”. Para el cerco de
Belchite disponía de la Bda. 118ª que mandaba Castán y de parte de la
117ª de Agustín Barrios y como le pareciera insuficiente solicitó a la
agrupación D la cesión de la 153ª Bda., la antigua columna “Tierra y
Libertad”, a la que según Sanchez Plaza, podría relevar la 32ª Bda.
mixta de Toral. La tercera columna, entonces constituida por las Bdas.
116ª que mandaba Boada y la 32ª que era la de Toral, tuvo como objetivo
el día 27 el de consolidar la ocupación de Codo en tanto se preparaba
para futuras operaciones sobre Belchite. La 133ª Bda. mixta que mandaba
el Mayor de Inf. Rodriguez Bozmediano, tenía como misión la vigilancia
y protección del flanco izquierdo en contacto por el norte con el 5ª
Reg. de Caballería que relevó a la 4ª Bda., muy diezmada, que paso a
retaguardia a reorganizarse; por el sur debía de enlazar con la tercera
columna. De hecho todas estas fuerzas se ocupaban en actividades de
limpieza y reconocimiento de la zona embolsada y por tanto
participaban, ya directamente y a indirectamente en el asedio de
Belchite. Lo que Sánchez Plaza solicitaba es que todas ellas pasaran a
sus ordenes.
Al norte del río, Kléber, que fue reforzado por la casi totalidad
de la 44ª Div, siguió siendo incapaz de alcanzar Villamayor del Gallego
y la agrupación A mantuvo vivo su forcejeo ante Zuera, donde se
sucedieron a lo largo de la jornada una serie de violentos combates.
El día 28 se inicio formalmente el asalto a Belchite, ya
totalmente sitiado, y la guarnición rechazó el ataque durante el cual
la 153ª Bda. salió chaqueteando logrando sacar de sus casillas al Col.
Sanchez Plaza que en sus diario dice que se portaron como unos
“cabrones”. La 32ª Bda. también participó en la lucha pero Toral se
quejo de que la defección de los de la 153ª Bda., le hizo fracasar
también a él al quedar con fuerzas insuficientes para cubrir todo el
frente. Como compensación los confederales de la Bdas. 116ª y 117ª
lograron hacerse con las posiciones de la Novia del Viento y Románico
mereciendo la felicitación del Col. Sanchez Plaza.
En el frente exterior, Pérez Salas atendió a dar seguridad al
flanco izquierdo de la penetración corneándose hacia Fuendetodos y
ordenó que se fortificará la línea Fuendetodos – La Puebla de Albortón
– Mediana.
Modesto intentó de nuevo atravesar la línea Mediana – Fuentes de Ebro,
en la que ya se combatía, toda la 24ª Div., sin que le acompañara el
éxito.
Al norte del río Trueba volvía a fracasar frente a Zuera, aunque el día
27 logró conquistar su estación. Sus Bdas., la 122ª, 123ª, 124ª y 127ª,
esta última confederal, recibieron al final de la jornada la orden de
establecerse defensivamente después de un nuevo fracaso en el intento
de avanzar hacia San Mateo de Gallego por la orilla izquierda del río,
por donde según el plan inicial debiera haberlo hecho la pequeña
columna motorizada de flanqueo de la principal.
Kléber anunció como éxito el regreso a sus líneas de los batallones primero y
cuarto de la XIII Bridada Internacional, los que tenían por nombre los de
Palafox y Dombronski, que llevaban dos días perdidos. Según su versión
digna de un periódico humorístico, esos batallones habían ocupado el
día 27 Villamayor, localidad en que capturaron prisioneros a un Estado
Mayor Español y otro Alemán. Como en el combate se quedaron sin
municiones se vieron obligados a abrirse paso a la bayoneta por San
Gregorio, replegándose con 130 prisioneros entre los que figuraba el
Cte. militar de la plaza y 4 alemanes. Contraatacados pasaron por
momentos difíciles y solo lograron alcanzar la líneas propias 130
hombres que llevaban consigo 30 prisioneros. Es difícil camuflar mejor
un mayor desastre. La realidad es que esos dos batallones anduvieron
perdidos y desorientados, acorralados y hostigados por el enemigo que
los aniquiló casi totalmente pues lo único cierto del informe de Kléber
es que ellos no lograron regresar más que 130 hombres.
El día 29 fue de calma pues agotada prácticamente la capacidad ofensiva
del ejercito del Este sus tropas se vieron obligadas a descansar sobre
la línea alcanzada. La única actividad se centró en torno a Belchite
que vio estrechado su cerco. Sánchez Plaza reunió para el asalto de la
plaza a las Bdas 116ª, 118ª, 32ª y 153ª y solicito refuerzos pues el
“enemigo concentró huidos en Belchite y resiste con nutrido fuego”. El
frente recibió la visita del Col. Rojo y el Gen. Pozas que cedieron a
Sánchez Plaza 20 tanques y un grupo de artillería “para hacer el asalto
mañana previo bombardeo de aviación y preparación de artillería”.
La jornada de descanso fue aprovechada para rehacer el dispositivo de
ataque y Pozas decidió reanudar la ofensiva para lo que dictó su orden
general número 14 (segunda relativa a la batalla). En ella disponía que
la agrupación D quedara constituida por las Div. 24ª y 35ª, al mando de
Gallo y Wálter, aquella con las Bdas. 3ª y 134ª y esta con las Bdas.
Internacionales XI y XV; la agrupación se reforzaría con la 145ª Bda.
Mixta, la cuarta de caballería, que volvía a entrar en línea, y cuatro
baterías antiaéreas conservando toda su artillería, blindados e
ingenieros.
La 24ª Divisón debía de atacar en dirección al cruce de caminos de
Valdespino situado al noroeste de Torrecilla de Valmadrid de donde
continuaría a Zaragoza por la Cartuja siguiendo el trazado del
ferrocarril de Utrillas. La 35ª División iría directamente contra
Torrecilla de Valmadrid y desde allí progresaría hasta Zaragoza por
Torrero.
La Brigada de Caballería y la 145ª protegerían el flanco de Walter
avanzando en dirección a Cadrete hasta alcanzar la carretera de
Cariñena en el Km. 12. de acuerdo con estas directrices el día 30 al
amanecer las fuerzas de la agrupación D habrían alcanzado la línea Puig
– Aguila – Km. 109 del Ferrocarril de Teruel – Verde – Torrecilla de
Valmadrid – Km. 105 del Ferrocarril de Utrillas y Cima Señora, mientras
las fuerzas motorizadas y los ingenios blindados entrarían en Zaragoza.
La línea de partida quedaría cubierta por una nueva agrupación,
que se denominaría agrupación F constituida por las Bda. 102ª, 120ª y
143ª todas ellas al mando del Capitán de Infantería Nicanor Felipe,
jefe de la última y que relevaría a la desgastada 11ª División que
pasaba a la reserva del ejercito para ser reorganizada. El frente de la
Agrupación F iría desde el río Ebro hasta Fuentes de Ebro, en tanto el
sector de Mediana quedaría cubierto por la 21ª Bda. Mixta que dejaría
la 24ª Div., en la que sería sustituida por la 134ª Bda.
Las nuevas fuerzas experimentaron un nuevo fracaso. El frente
nacionalista resultaba ya inexpugnable y no sólo aguantó el envite sino
que intentó romper la línea enemiga para socorrer la guarnición de
Belchite; el punto elegido fue el sector norte de Mediana defendido por
la 24ª Div. Walter se vio obligado a acudir en su auxilio y el problema
quedó resuelto “con alguna perdida de terreno”. Durante la jornada, 10
Junkers Ju-52 escoltados por 21 Fiat CR-32 abastecieron a los
defensores de Belchite a los que según Sánchez Plaza lanzaron “30
grandes sacos”. A pesar de ese consuelo el cerco de la ciudad se
estrechó y los defensores quedan reducidos al casco urbano.
El día 31 se mantuvo con idénticas características. Al norte del
Ebro los nacionalistas contraatacaron por el sector de Zuera y para
aliviar su empuje, Kléber recibió la orden de presionar por su frente
lo que prometió hacer. En Belchite se luchó ferozmente y las trincheras
cambiaron varias veces de mano pues los defensores estaban dispuestos a
vender caras sus vidas; en la jornada perdieron la Estación de
Ferrocarril y varias trincheras que habían tomado poco antes,
aprovechándose los defensores de una suspensión del ataque debida a la
necesidad de “repostar los tanques y habilitar los útiles después de la
inutilización de algunos por el bombardeo de la aviación”, única
protección y apoyo del que gozaban los sitiados. A las 5 de la tarde Sánchez plaza reanuda el asalto “lográndose la total ocupación de la
meseta con sus obras fortificadas al noroeste, primeras casa y
trincheras de las eras”. Al parecer lo conseguido no satisfizo al Gen.
Pozas que quitó el mando del sector al Col. Sánchez Plaza entregándose
al Gen. Walter, que se hizo cargo a las 20h. Sánchez Plaza se sometió
con evidente disgusto y el nuevo jefe se dispuso a terminar con la
resistencia. El coronel sustituido termina así en su diario el relato
de la jornada “entrego el mando del sitio al Gen. Walter por orden del
Gen. Pozas. Se transmite a todas las unidades que hay que resolver lo
de Belchite, pero…”. En esos puntos suspensivos se encierra todo el
escepticismo del Coronel, sobre lo que abría de conseguir su sucesor,
que además de todas las Brigadas empeñadas hasta la fecha hizo
intervenir a sus dos Brigadas Internacionales y al 35º Grupo de guardias
de asalto. Sánchez Plaza comenta: “se pidió una Brigada; ahora envían
dos más y un grupo de Artillería y la aviación a disposición del
General” y luego añade “nosotros carecíamos de ella y sufrió la tropa
15 bombardeos”. Con esta acumulación de medios el ataque adquirió un
vigor desusado y Walter, a las 24h, da parte de que han quedado
“ocupadas las defensas de Belchite que queda virtualmente ocupado pues
quedan únicamente el casco de la población y el Seminario, por lo que
será fácil mañana terminar la total ocupación”. Sánchez Plaza en el
telegrama en que da cuenta a Pozas de haber entregado el mando precisa
“a las 24´15h entrego mando Sector Belchite a Walter, virtualmente
ocupado”.
Sin embargo, Sánchez Plaza tendría ocasión de no tener que
lamentar lo que le parecía la víspera un deseo de hurtarle un legítimo
triunfo. La ciudad “virtualmente ocupada” sigue resistiendo. Cordón
llama a Sánchez Plaza para que le informe y este le dice: “Amigo
Cordón; aprecio diferencias con otras grandes unidades dotadas con gran
lujo de fuerzas y elementos, y nosotros no tenemos que aprender nada de
extranjeros”. La misma queja elevó al Comisario General del Ejercito.
Cordón le contesta: “Enterado vuestro telegrama al Comisario, lejos de
separarle del mando se le ha ampliado este, incluido Belchite, en el
que espero entres muy pronto a la cabeza de tus tropas como mereces por
tu actuación”. Sánchez Plaza ve con asombro que se le restituye en su
puesto y comenta en su diario: “No se que ha pasado por parte del
Mando”. Pozas le confirma lo dicho por Cordón, a la vez que le ordena
que contribuya con la máxima energía a la ocupación de Belchite. “¿Qué
ha sido esto?” pregunta estupefacto el Coronel Sánchez Plaza en su
diario.
Ha sido, que desvanecida toda ilusión ofensiva, toda la atención
se centra en Belchite en donde se espera encontrar un premio de
consolación con vistas a la galería propagandística. Si después del
total fracaso de la ofensiva no se lograra ni esta pírrica
compensación, al fracaso se uniría el ridículo y este, junto al
desánimo provocado por la caída de Santander el día 27, podía producir
efectos morales incalculables. Si a esto se suma que la ocupación de
Santander se cargó al haber de Mussolini, tanto por la propaganda
gubernamental como por la prensa fascista italiana, parecía conveniente
impedir que la conquista de Belchite pudiera endosarse a Stalin. Era
mejor que el polaco-sovietico Walter pasara a segundo termino y que en
Belchite entraran fuerzas españolas con mando español. Si la Agrupación
D hubiera entrado en Zaragoza, hubiera parecido justo dejar Belchite a
las internacionales, pero al quedar totalmente excluida la posibilidad
de alcanzar la capital de Aragón, los planes tenían que cambiar. No era
un “mea culpa”, ni una reparación a Sánchez Plaza.
Sin embargo, los de Belchite parecían decididos a fastidiarles la
función a sus presuntos conquistadores y extremaban la resistencia
fuera de todo calculo; por añadidura los nacionales presionaban
insistentemente en todo el frente y muy especialmente en dirección a la
Salina, al vértice Sillero y a Mediana y también al Norte del rió Ebro
la Agrupación A se ve igualmente comprometida. Las Fuerzas atacantes
eran escasas y no parecían capaces de lograr una penetración profunda
pero aun así, el General Pozasa no las tenía todas consigo, para colmo
Kléber le sigue defraudando y la presión que se había comprometido a
ejercer para aliviar el frente no logra efecto ninguno. El Col. de la
Iglesia, segundo jefe de Rojo, recibe un telegrama de éste en el que
refiriéndose a Kléber, dice: “no consigue nada a pesar de sus
promesas”, el temor de que los nacionalistas logren levantar el cerco
de Belchite sobrecoge a todos.
El día 2 se suceden los asaltos a la ciudad. El 35ª Grupo de
Guardias de Asalto ataca el Seminario en el que logran entrar a las
15h, pero “se lucha en el interior, caen algunos y nos echan; hay que
esperar la noche”. La 117 ª Bda Mixta ataca el depósito de agua y el
transformador, pero también aquí el “enemigo arroja a nuestros soldados
del terreno conquistado”. La 153ª Bda. logra penetrar en el pueblo por
la carretera de Mediana y la XV Internacional ataca precedida de
tanques. el parte oficial de final de la jornada afirma que los
atacantes ocuparon el Seminario y la Plaza de Toros y lucharon en el
interior del Casco Urbano donde se combate en la Calle Mayor. Anotan el
detalle de que el hedor es insoportable. Los defensores que no leen el
parte oficial, siguen firmes en sus puestos hasta más allá de la muerte.
Al día siguiente la situación del Seminario resulta insostenible y
sus defensores intentan una salida para alcanzar el pueblo. Sánchez
Plaza dice en sus diario que lo hicieron gritando ¡Viva la revolución!,
para engañar a nuestra gente”, pero esto es totalmente inverosímil”.
Cuarenta defensores cayeron prisioneros y los restantes consiguieron su
propósito. Poco antes de amanecer los de Asalto ocupaban el Seminario.
A las 6h se inicia el asalto del pueblo, pero la heroica
resistencia de la guarnición rechazaba todos los ataques. Sánchez
Plaza, admirado y asombrado, escribe en su diario; “defienden el
terreno palmo a palmo, barricada a barricada, casa a casa”
El 35º Grupo de Asalto, la XV Bda. Internacional, las confederales
de las Bdas 117ª y 153ª, y la 32ª de Toral logran escasísimas
penetraciones. A las 16´45h Sánchez Plaza telegrafía a Pozas: “continua
avance lento interior de pueblo. Enemigo hace tenaz resistencia en la
parte sureste. A las 16´30h se ha cogido otra pieza de 105, el Polvorín
con granadas y herramientas y bastante armamento. Se tienen prisioneros
cuyo número se determinará oportunamente”. Y las 19´30h comunica al
general: “Belchite está tomado, queda la labor de limpieza y registro
de casas del pequeño sector del pueblo donde los insensatos aún
resisten sin salida posible, pues las fuerzas están debidamente
establecidas en servicio de seguridad, para mañana poder telegrafiar a
V.E: en Catedral ondea la bandera de la República. Los soldados del
pueblo conquistarán Belchite y este Estado Mayor y su jefe supieron
hacer honor a la misión confiada por V.E.”. Vicente Rojo transmite
alborozado a Valencia: “último momento se ocupa Belchite”. A pesar de
todo los defensores de Belchite seguían en la brecha y sus camaradas de
Zaragoza continuaban atacando en un desesperado intento de salvarles.
El día 4 los hombres de Belchite siguen en sus puestos y Sánchez
Plaza, que no ha podido cursar su telegrama, resume así la jornada:
“durante la pasada noche y hoy se ha continuado la penetración de
nuestra gente, casa a casa, barricada a barricada, destabicando, y el
enemigo, con mucha moral resiste tenazmente llegándose a las 21h a
distancias de los núcleos facciosos que oscilan entre los diez y
cuarenta metros; se ha incendiado parte del pueblo y esta noche se
intentará volar algún edificio y en este sentido se informa al general
jefe a las 21´40h. Ha aparecido otro núcleo de resistencia en la Casa
de la Boticaria” de los que abandonan las barricadas que se van
tomando”.
Pozas, que la víspera había creído resuelta la papeleta, monta en
cólera y a las 19´45h dice a Sánchez Plaza: “si dentro de media hora no
tenemos noticias se hará un escarmiento ejemplar con todos ustedes por
la desidia que manifiestan en el cumplimiento de las ordenes. Informe
al mando cada hora, envié una moto o un auto ahora mismo. Sánchez Plaza
subraya en su diario “muy desagradable”.
Los nacionales mantuvieron su presión durante ese día con la débil
esperanza, que momento a momento se desvanecía, de poder socorrer a sus
amigos. En el sector de Mediana lograron avanzar hasta ocupar el Km 22
al norte del vértice de Granetes, la Ermita de la Magdalena y la
importantísima posición del vértice Sillero, pero ahí termino su
capacidad de penetración y al no llegar la ansiada infiltración
desisten. La agrupación de Belchite recibe autorización para rendirse
pero obstinada, mantiene su legendaria resistencia en el ayuntamiento,
la catedral, el Fuerte Adoni y en las barricadas de las calles. La 32 ª Bda. anuncia a las 4´15h del día 5 que se ha conquistado la catedral
con su tercer batallón, pero la noticia resulta falsa. Ante la
inminencia de la conquista de la ciudad se retira a la XVª
internacional que pasan a Codo y el asalto final queda a cargo de las
Bdas. 32ª y 153ª. la plaza está ocupada en su mayor parte y así lo
anuncia Sánchez Plaza. El General Pozas, escéptico va a Belchite a las
13´30h del día 5 y el Coronel le acompaña en su recorrido por el pueblo
para convencer al General de la realidad de su ocupación, pero los
focos de resistencia se mantienen y en su diario comenta el Coronel “se
sigue destabicando el pueblo destruido, siguen los focos, los núcleos
de resistencia aún… ¡Cuando terminará esto!”
A las 21h Toral informa que la catedral está definitivamente
ocupada excepto la torre. La escalera para subir a ella ha quedado
destruida por efectos del bombardeo y en lo alto seguían refugiados un
grupo de enemigos a los que no había manera de hacerlos bajar. Para
obligarles prendieron fuego a la catedral y el coronel comenta en su
diario: “ hay mujeres y niños ¡horrible!”. Se han apoderado del
Hospital con unos 80 heridos, médicos y enfermeras. Se han capturado
unos 200 prisioneros que se enviaron al V cuerpo. Siguen resistiendo en
la comandancia, pero creo que por poco tiempo. Han encontrado una casa
llena de cadáveres pues por la imposibilidad de enterramientos, sin
duda, los depositaban allí”.
Ese día la contraseña de Sánchez Plaza fue “Vencimos”. Durante la
noche del 5 al 6 los defensores que quedaban consiguieron efectuar una
salida y algunos lograron alcanzar sus líneas. Entre estos se contaba
el propio jefe de la guarnición, Cte. Santapau. Después de esta salida
a la desesperada la 32ª Bda. consumó la ocupación del pueblo con la del
Ayuntamiento y la Comandancia Militar y en ella anunciaba que
“conseguidos los fines propuestas, aniquiladas las fuerzas enemigas al
SE de Zaragoza, retirados grandes contingente de fuerzas del norte y
parada la ofensiva contra Asturias”, el ejercito pasaba “por unos
días”, a la defensiva. La ilusión no engañaba a nadie y el épico
episodio de Belchite, aún terminado con la ocupación de la plaza, no
permitía cubrir el tremendo fracaso sufrido.
Vicente Rojo, aún tenia sus dudas de que la caída de Belchite y
para comprobarlo envió a los Mayores Gascó y Colinas de su Estado Mayor
y cuando estos le tranquilizaron telegrafió al ministro comunicándole
la noticia y aclarándole que el número total de prisioneros capturados
en la batalla fue de 2.411 de los que 672 los habían sido en los
últimos días. Entre los prisioneros había tres curas. a esto se reducía
lo que Pozas llamaba la aniquilación de las tropas enemigas al Se de
Zaragoza.
Prieto telegrafió el día 7 a Pozas felicitándole por su “victoria
pírrica” en un documento que terminaba así: “Esta felicitación es la de
un gobernante español a un general español y para un ejercito
completamente español. Y el gobernante se congratula de que la victoria
lograda no le obligue a rendir gratitud a ningún poder como acaba de
hacerlo en forma de repulsivo vasallaje, el Caudillo faccioso aliado a
las potencia invasoras. También VE. se congratulará de no compartir
parabienes con generales advenedizos. Nuestras glorias y nuestras
desventuras son y serán entero españolas”.
este documento era el que Prieto destinaba al consumo universal;
en otro, íntimo y reservado, decía el propio ministro al mismo general:
“Tantas fuerzas para tomar cuatro o cinco pueblos no le satisfacen al
ministro de defensa ni a nadie; menos aún cuando todo esto sucede por
los manejos políticos y la manifiesta parcialidad, maniobras y torpezas
de la cantidad enorme de oficiales rusos que pululan en Aragón tratando
a los militares españoles como si fueran elementos colonizados.
De los mandos de Belchite, solo cinco tenían el grado de General:
el español Pozas, los soviéticos Gregorovich, Montenegro y Kléber, y el
polaco-soviético Walter; y de las tropas 4 Bdas. y 21 Bons. tenían
mandos extranjeros. Realmente lo único verdaderamente cierto era lo de
que Pozas no tenía porque rendir gratitud ni compartir parabienes con
extraños advenedizos, pero únicamente porque no había nada que
mereciera gratitud o que justificara tal felicitación.
Conclusiones a la batalla y fuerzas implicadas:
De todas las grandes batallas de la guerra fue esta en la que la
mayor y más contundente desequilibrio hubo entre las fuerzas de ataque
y las de defensa. Del lado gubernamental combatieron 9 Divisiones
completas (11ª, 24ª, 25ª, 26ª, 27ª, 30ª, 35ª, 44ª y 45ª) con un total
de 26 Brigadas; 5 Brigadas sueltas (102ª de la 43ª Div.; 134ª de la 31ª
Div.; 141ª de la 32ª Div.; 127ª de la 28ª Div. y la 153ª autónoma);
batallones sueltos de la 130ª Bda.; 4ª Bda. de caballería; el 5º Reg.
de caballería; y la Brigada de Tanques. En conjunto, 31 Brigadas mixtas
reforzadas por Batallones sin encuadrar lo que supone más de dos
Brigadas por encima del máximo de fuerza que se empeño en Brunete en su
sector principal.
Frente a esa formidable concentración, los nacionales opusieron
las fracciones de las 51ª y 52ª Div. que, o bien cubrían el frente
afectado, o constituían reservas locales, y la Brigada Móvil del Col.
Galera; solo recibieron el refuerzo de la 13ª Div. que llegó en parte
de los montes universales después de haber combatido en Brunete y la
150ª que al final de la batalla de Brunete había quedado en reserva en
el centro. Terminada la batalla llego la Brigada Mixta Italo-Española
de Flechas que efectuó en la primera quincena de septiembre un
contraataque en el sector de Zuera con reducción notable del saliente
producido por las tropas de Trueba. En total efectivos del orden de 4
Div. frente a más de 10 del contrario. Esta enorme desproporción no
resulta todavía suficientemente reveladora si no se relaciona con la
escasísima densidad de ocupación del frente defensivo en los primeros
días de la batalla. Tropas inferiores en número, pero que cubren su
frente con densidad apropiada, tienen en principio, buenas
oportunidades defensivas, pero no así las que por su insuficiencia
dejan amplios intervalos sin cubrir y no pueden dar suficiente
profundidad a su despliegue y a sus organizaciones. Decían los
franceses que en la guerra moderna (en 1936) la terrible potencia del
fuego sostenido, incluso sumariamente, por la fortificación y el valor
de los obstáculos, obligaba a la ofensiva, sí quería romper sobre un
frente amplio las defensas del adversario, a una enorme acumulación de
materiales, y si quería que esta ofensiva resultara fructuosa era
preciso reunir los medios necesarios para asegurarse, en el sector
elegido, una superioridad indiscutible y durable. Todo ello lo
consiguió el Gen. Pozas y nada de ello el Gen. Gil Yuste. Aquél mantuvo
la acumulación de medios que le procuraron una superioridad
indiscutible y durable; éste careció de fuego protegido y de obstáculos
continuados para establecer una barrera que cubriera suficientemente su
frente. Sin embargo, las tropas de Pozas no lograron cubrir sus
objetivos: realmente fueron muy malos ejecutantes, tanto las tropas
como los mandos. Líster insiste en que la responsabilidad recae en una
mala distribución de las fuerzas atacantes en perjuicio para el
esfuerzo principal, pero si en Brunete era en cierto modo válido su
argumento, en Belchite no resulta en modo alguno convincente. Su
vanguardia dispuso el primer día de cinco Bdas. y dos Bons. de Tanques
y no logró superar el obstáculo que representaba Fuentes de Ebro donde
la defensa estaba encomendada a dos Cías. de Guardias de Asalto. Luego
la vanguardia se engrosó con las 24ª y 25ª Div. y la tercera columna,
la de Líster, alcanzó una masa considerable que siguió fracasando en
los días sucesivos; para entonces la defensa se había endurecido, pero
siempre tuvo efectivos y medios inferiores a los del ataque. Cuando
Líster fue relevado por la Agrupación F de Nicanor Felipe, el oficial
de asalto siguió cosechando fracasos.
Otra de las causas, según Líster, y en ella coinciden casi todos
los comentaristas, en la que se distrajo excesivo número de fuerzas en
vencer las resistencias aisladas que habían quedado a retaguardia. Este
error, cierto y reiteradamente repetido, no tuvo aquí la trascendencia
que en Brunete. En Brunete el mando, temeroso de sus flancos, detuvo la
penetración hasta que se vencieran los obstáculos de Quijorna y Los
Llanos de un lado y de Romanillas y Mosquito del otro; en Belchite las
órdenes reiteradas fueron las de continuar.
El V Cuerpo, muy reforzado en la Agrupación D, no tuvo otra misión
que la de avanzar, ni otro objetivo que Zaragoza. Quinto y Codo
detuvieron una jornada más de lo previsto a la 35ª Div., pero la 24ª
Div. y las 134ª y 135ª Bdas de la reserva, compensaron ampliamente esta
ausencia desde la segunda jornada, y en la tercera Wálter, con sus
internacionales, tomo la responsabilidad de la vanguardia.
De la limpieza del terreno a retaguardia se encargan las tropas en
línea del XII Cuerpo, y es Sánchez Plaza el que dirige esta otra
batalla que nada tiene que ver con la que desgraciadamente libraba
Modesto. Cierto es que Sánchez Plaza se quejó pronto de lo escasas que
eran las fuerzas que le habían dejado para ocupar Belchite y su comarca
y también es cierto que no tenía razón en sus peticiones, pues para
cumplir su misión bastaba con mantener el cerco y la vigilancia de los
núcleos enemigos embolsados, pero también es cierto que el mando
superior le exigía la rápida aniquilación de los sitiados y para
asaltar sus posiciones se necesitaban medios artilleros y potente
infantería. La orden de operaciones de Pozas prescribía acertadamente,
que se desatendieran en absoluto las acciones secundarias y así se hizo
en principio. Las fuerzas de maniobra seguían adelante; las tropas de
línea limpiaban el terreno a su retaguardia. Sólo cuando las tropas de
maniobra fracasan rotundamente se invierten los términos y se da
prioridad a las acciones secundarias, únicas de las que se podía sacar
alguna tajada que sirviera a efectos propagandísticos. Solamente cuando
los objetivos fundamentales se revelaron imposibles, se dedicaron
fuerzas cuantiosas a vencer las resistencias aisladas. Esto ocurrió el
día 31 después del fracaso del ataque ordenado el día 29 y que debía
llevar a efecto la Agrupación F. Fue entonces cuando Walter regresó a
Belchite con la misión de ocupar la ciudad. También fracaso en este
cometido y es entonces cuando empiezan las discordias. Como siempre,
otra cosa a la que no se ha prestado la debida atención: es el fracaso
quien engendra las discordias, y no las discordias las causantes del
fracaso.
Desde luego la tenacidad de todas las guarniciones nacionalistas,
a las que los atacantes creían de mala calidad y poca moral y en cuya
rebelión esperaban, influyó mucho en la batalla. El heroísmo de Requetés, Falangistas y
Soldados en Codo, Quinto, La Puebla de Albortón, Zuera, Villamayor, Mediana y Fuentes de Ebro y el proceder
numantino (resistencia ciega y suicida) y fuera de serie de Belchite,
causan asombro y admiración. Siempre constituyeron dificilísimos
obstáculos y en ocasiones barreras infranqueables. Estos reductos no
permitieron la progresión de los elementos motorizados del contrario al
taponar las vías de comunicación, pero unas tropas bien instruidas, con
elevada moral y conducidas con acierto, hubieran sabido sacar provecho
de su superioridad soslayando primero y reduciendo después los núcleos
que se oponían a su progresión.
Muchos historiadores dan como motivos fundamentales del fracaso,
lo poco propicio del terreno y lo poderoso de su fortificación. el
argumento se cae por su propio peso y basta para desvirtuarlo la
lectura de las ordenes del ejercito del este, del V Cuerpo y los
boletines de información del XII Cuerpo. Modesto ya vimos que califica
el frente de “mediana organización ofensiva reducida a la ocupación de
pequeñas posiciones, dejando grandes espacios sin ocupar”. Vicente
Rojo, en “España Heroica” afirma que el terreno se prestaba a las
acciones ofensivas, y todos coincidían en que las tropas del sector
eran medianas en tanto en calidad de mandos como en la moral de sus
soldados. Como siempre no fue el valor del obstáculo ni el de la obra
pasiva, sino la voluntad indómita de los hombres que ocuparon una y
otra. Esos hombres, a los que se suponía de poca calidad, pues casi
todos pertenecían a las milicias o a batallones de línea, superaron
ampliamente lo que hubieran podido hacer las mejores unidades de
maniobra. En Belchite hasta el alcalde murió en la brecha, y él y otros
paisanos fueron de los mejores en la lucha.
Las más selectas tropas del gobierno fueron rechazadas una y otra
vez en todos los sectores de ataque a pesar de que la rivalidad entre
sindicalistas y comunistas sirvió a ambos de acicate y estimulo en la
lucha. a partir del tercer día nadie lograba dar un paso adelante.
Todos los jefes desde Pozas para abajo, fracasaron estrepitosamente,
pero de todos ellos fue Kléber quien se llevó la palma; al verme
obligado a criticar tan asiduamente a tan ensalzada figura, siento el
temor de que se pueda creer que lo hago por esa antipatía personal que
muchas veces sentimos hacia el personaje que historiamos, pero no es
este el caso: posiblemente me detengo más en él por la necesidad de
restaurar la verdad histórica y situar a cada personaje en el lugar que
le corresponde y es ello lo que me obliga a afirmar que Kléber fue
siempre un fanfarrón que no pasó de mediocre conductor de tropas y que
en Belchite llegó a merecer los calificativos de “pésimo conductor y
jefe incapaz” que ya había acreditado en Brunete. Acumuló siempre los
defectos característicos de los mandos inútiles: informar con falsedad;
culpar a otros, especialmente a los inferiores, de las faltas
achacables a él; y creer encontrarse siempre carente de medios frente a
un enemigo sobrado de ellos. Las tropas de la 45ª Div., como antes las
de las Bdas. Internacionales XII y XIII, fueron de las mejores del
Ejército Popular y su torpeza las hacía malas. La pérdida de los Bons.
de Pencheniatti y los de Komar y Tkaczov, se debió a que estuvieron muy
mal dirigidos. Un buen jefe hace siempre buenas las unidades que manda
y la recíproca es igualmente cierta. Naturalmente, su incapacidad quedó
de manifiesto y pronto corrió por el frente el rumor de su relevo, que
se produjo en el mando del Grupo Farlete, antes Agrupación B, y más
tarde en el de la 45ª Div.
También fue relevado Trueba, que perdió el mando de la 27ª Div. en
la que le sustituyó del Barrio, el antiguo secretario de la UGT
catalana que al principio de la guerra compartía con Trueba el mando de
la columna “Carlos Marx” que dio origen a la División. El jefe de la
102ª Bda. Mixta también fue destituido y reemplazado por el comunista y
Mayor de Inf. José Hernández de la Mano; el anterior jefe es posible,
aunque no seguro, que fuera el también Mayor de inf. Sebastián García
de la Peña, que mandó el 3º Bon. de la XIII Bda. Internacional, después
la 102ª Bda. Mixta y pasó por último a la defensa de costas; no he
podido averiguar si su cese en la 102ª fue en ocasión de la batalla o
con anterioridad a ella y por lo tanto existe la posibilidad de que
hubiera otro jefe a su frente que sería el destituido.
Los sindicalistas comentaron así este relevo: “Los comandantes
aprovechan cualquier incidente, incluso sus propias torpezas, para
sustituir los mandos con gente de sus partido”. Para estos: “ las
operaciones, como siempre, han sido mal planeadas por el alto mando y
si fracasan, o no consiguen lo que se quería, es culpa de los altos
jefes, no de las fuerzas, puesto que ellas estaban llenas de coraje y
de entusiasmo, lo que pasa es que la mayor parte de los que
verdaderamente mandan las fuerzas no son oficiales del ejercito o los
jefes de nuestras divisiones, sino elementos militares rusos cuyo
principal papel es hacer que aparezcan como héroes elementos tan
incapaces como Líster”. Y en otro informe del mismo matiz, escriben:
“pues si sus fuerzas (las de Líster) hacían un alarde de valor
extraordinario para ocupar los pueblos indefensos de la retaguardia de
Aragón, en sentido inverso se han manifestado frente a las posiciones
enemigas que el mando les señalaba como objetivo a ocupar”.
Y el Comité Nacional de la CNT aconseja a los miembros de la
organización en el sentido de que repitan: “en todas partes, en los
sindicatos, lugares de trabajo, reuniones, en la calle, en el tranvía,
en las salas de cine, etc; que las primeras fuerzas que rompieron el
cerco, que llevaron adelante la ofensiva, son las tres divisiones
confedérales”.
Y Vicente Rojo se ve obligado a confesar que “las tropas que iban
a actuar eran orgánicamente distintas de las que en el frente se
hallaban” y que estas fuerzas de maniobra no dieron el resultado
apetecido. El entonces coronel escribe sobre ellas: “Instruidas y con
cuadros de mando y medios. Los hechos comprobarían más tarde que otras
tropas, peor organizadas e instruidas, eran capaces de dar un
rendimiento más útil”. Es un raro homenaje a los perseguidos
sindicalistas, que en honor a la verdad tampoco se distinguieron mucho.
Las fuerzas de la CNT no se desmoralizaron por la disolución del
consejo de Aragón que si en algo influyó en ellas fue en aumentar su
determinación en la lucha, que les habría de servir como argumento
contra las acusaciones comunistas. La organización se empeñó en
transformar a los pintorescos milicianos roji-negros iniciales en
soldados disciplinados y obedientes, y su premio fue el que las 25ª y
28ª Div. pasaran a las fuerzas de maniobra.
El mando nacional actuó con acierto y visión y no reincidió en los
errores de Brunete. Se limitó a librar una batalla defensiva y cedió,
sin intención de recuperación inmediata, un terreno sin valor táctico
ni estratégico. Resistió en los puntos claves para retener la
importantísima ciudad de Zaragoza y a costa del sacrificio de pequeñas
guarniciones locales frenó y melló la capacidad ofensiva de sus
enemigos, sin distraer fuerzas de otros frentes y sin detener la acción
ofensiva del norte que continuó después de la conquista de Santander en
dirección a Asturias. De allí no marchó a Zaragoza ni un soldado de
superficie y solo unas pocas formaciones aéreas que fueron suficientes
para prestar a las fuerzas, el apoyo defensivo que precisaban. Las
formaciones del Gen. Montenegro, muy superiores fueron incapaces de
mantener el dominio del aire. Huesca, Zaragoza y Teruel, las tres
capitales aragonesas, que siempre estaban a punto de caer y no caían
nunca por la supuesta incapacidad o traición de Anarquistas y
Trotskistas, resultaron también inexpugnables para los prepotentes
comunistas y sus míticos jefes surgidos del igualmente mítico 5º
Regimiento. Prieto aprovechó su rotundo fracaso en tierras aragonesas
para avanzar resueltamente por el camino de la despolitización del
ejército con los que los comunistas vieron reducida. momentáneamente,
su influencia.
Fuente: “Ejercito Popular de la Republica. Autor: Col Ramón Salas Larrazábal”,
transcrita a formato electrónico sin ningún animo de lucro, sino en
cambio para su difusión y conocimiento general, que no pretende
excluir, ni sustituir la adquisición del libro original, o las
sucesivas reediciones.
Voluntario Ruso Blanco Sargento del Tercio de Almogavares
Capitán Sergei Brilliantov (+
13.07.1940 Madrid)