Retrato del Doctor José María Albiñana Fundador de los Legionarios de Albiñana .
A mediados de enero de 1937 se publica en el Boletín Carlista y en primera página el artículo "Por Dios, La Patria y el Rey" justificando la incorporación al Carlismo de los Legionarios de Albiñana. (El Carlismo, La Republica y Le Guerra Civil (1936-1937) de Juan Carlos Peñas Bernaldo de Quirós; ACTAS (Colección Luís Hernando de Larramendi).
En un listado de Fuerzas de la IV División de Navarra del día 15 de diciembre de 1936 se relaciona:
Una Compañía Legionaria Albiñanista en el Sector de Murguia.
He utilizado párrafos y datos del Libro : “Sobre España inmortal, sólo Dios”. José María Albiñana y el Partido Nacionalista Español (1930-1937)", (2002. UNED, Madrid). Dr. Julio Gil Pecharromán, Profesor de Historia Contemporánea de la UNED.
Algunas notas sobre su Biografía
Nace en Enguera el 13 de octubre de 1883 y su nombre completo es José María Albiñana Sanz, más conocido como el Doctor Albiñana. Hijo de familia numerosa, huérfano de madre e hijo de médico rural pluriempleado de director de colegio. Cuando joven decidió dejar los estudios y su padre lo coloca de arriero lo que le hizo cambiar de opinión continuándolos y matriculándose en la Facultad de Medicina de Valencia. (2)
En Madrid se especializa de neurólogo, y alterna su doctorado con el estudio de las licenciaturas de Derecho y Filosofía y Letras. Pronto obtuvo prestigio como médico, y en 1910 es nombrado académico de la Real Academia de Medicina. Aunque sus inicios políticos en esta nueva época van más por las reivindicaciones corporativas referidas al tema de la sanidad, ello le proporcionó un primer contacto con el mundo de la política.
Con este ánimo decide labrarse un porvenir en Hispanoamérica, comisionado por el gobierno para investigar la primitiva medicina azteca (4). Aprovecha la ocasión para escribir a su jefe político Santiago Alba comunicándole su marcha, y el 21 de junio de 1921 embarca en Valencia rumbo a Méjico. (5)
El Partido Nacionalista Español
Albiñana y Delgado Barreto crean un partido en 1930 para encauzar a estas masas de posibles electores, a este mercado electoral que perciben anda desorientado en los confusos momentos de la transición monárquica, éste será el Partido Nacionalista Español, cuyo lema rimbombante y sonoro va a ser: “España sobre todas las cosas y sobre España inmortal sólo Dios” .
El Doctor Albiñana en el Centro Nacionalista Español en Bilbao el año 1935
El partido contará con una sección juvenil, la Juventud Nacionalista, y un órgano de expresión, La Legión, que verá la luz entre enero y abril de 1931 y cuyo número cuatro fue secuestrado. Su emblema será una Cruz de Santiago sobre fondo celeste, y contará con un himno cuya letra preparó el propio Albiñana. El partido contaba con unas fuerzas de choque reclutadas entre muchos jóvenes católicos llamados Legionarios, más tarde Legionarios de Albiñana.
La República y el Doctor Albiñana
Las elecciones de 1931 pasan a ser, como todos los lectores saben, de unas elecciones municipales a un plebiscito oficioso sobre la monarquía. Se proclama la República y el Rey se ve forzado a exiliarse de España. Albiñana también abandonó Madrid horas antes de la proclamación de la misma. Mientras se asaltaba el Abc o se incendiaban iglesias y conventos también quemaron y asaltaron la sede madrileña del partido quemando el mobiliario en la vía pública. (Claro Ejemplo de la Libertad de la Republica).
El Doctor Albiñana en Barcelona el año 1935 rodeado de Señoras, niños y niñas
El Doctor Albiñana, en su reclusión, no se queda inactivo y recopila los 18 artículos que su amigo Barreto le publica en La Nación (A través de la reja) que luego aparecerían junto a algunos escritos más y su propia experiencia en el libro Prisionero de la República. El libro muy difundido en los círculos de la derecha monárquica conoció un considerable éxito de ventas que su autor cifraba en 30.000 ejemplares.
Libros publicados por el Doctor Albiñana.
El PNE vuelve a ser legalizado en 1932 y Albiñana lo relanza de forma moderada al principio para evitar ilegalizaciones. Ahora se esfuerza por aparecer como un político serio y profesional, sin embargo nos cuenta Gil Pecha-rromán: “pronto se pudo comprobar que las autoridades republicanas iban a poner todos los obstáculos legales al desarrollo del PNE. Los gobernadores civiles comenzaron a prohibir sus mítines (...) sólo en el mes de abril (de 1932) se le prohibió hablar en siete mítines”. (DE NUEVO UN CLARO EJEMPLO DE LA LIBERTAD REPUBLICANA)
Llega el FRAUDE de las elecciones de febrero de 1936. (Así se explica que con más de medio millón de votos de exceso sobre las izquierdas, obtuviesen las derechas 18 diputados menos que el Frente Popular, por haberse anulado caprichosamente las Actas de Provincias enteras)
Albiñana se presenta por la candidatura Frente Nacional Contra Revolucionario de la Unión de Derechas, una vez más por Burgos, y obtiene de nuevo un acta de diputado, recogiendo 64.904 votos. Albiñana volvía a un parlamento, esta vez de izquierdas. El ambiente español de ese período es de una izquierda revanchista y dueña de la calle. Sobre febrero de 1936 y julio de ese mismo año, fecha del inicio de la conflagración civil, la izquierda siempre ha mantenido un silencio conveniente, pues sus desmanes, prohibiciones, cierres de diarios y atentados aumentan y tensan el ambiente hasta límites de preguerra civil.
Los albiñanistas sufren en sus carnes los desmanes Rojos se destruye el diario La Nación y, ante este estado de cosas, Albiñana se suma a los muchos Españoles que preparan el Alzamiento contra el Desgobierno Rojo de la República. Tras el Asesinato del Diputado Calvo Sotelo, su jefe político, a manos de Agentes de la Autoridad, Albiñana sufre, lo que no le impide estar presente en la autopsia de su líder en su calidad de médico. Albiñana marcha a Burgos preparando la conspiración y trasmitiendo mensajes del General Mola.
De regreso a Madrid
Estando en Burgos se dirige a Madrid, a pesar de las
advertencias en contrario, a trasmitir las últimas consignas del
Director del Alzamiento Emilio Mola Vidal . El 17 de
julio se despide de sus amigos burgaleses y marcha a la capital.
El fracaso del golpe en la Villa y Corte causa la represalia política de
las izquierdas y los milicianos se lanzan en su búsqueda. Albiñana tiene
que disfrazarse de invidente para poder recorrer las calles de Madrid
sin ser reconocido y refugiarse en casa de un sacerdote amigo. Como
tampoco es lugar seguro, y tras la caída del Cuartel de la Montaña,
Albiñana se dirige al Palacio de las Cortes disfrazado aún de invidente,
buscando asilo en el edificio y haciendo constar su calidad de diputado
electo, precisa y paradójicamente, de un sistema en el que el no creía.
Albiñana fue alojado en un habitáculo de la enfermería, hasta el 3 de agosto de 1936. De allí sale con la garantía personal de José Giral, Jefe de Gobierno, y acepta ser trasladado a la cárcel Modelo. El Presidente de las Cortes le envía su propio automóvil para trasladarlo escoltado por policías. El Tribunal Supremo dicta su libertad inmediata, pero la policía lo mantiene en la cárcel aduciendo que era un peligro público.
El 23 de agosto, milicianos armados asaltan la Modelo
y se adueñan de ella, los Anarquistas y Comunistas quieren fusilar a todos los
detenidos (Políticos, Curas, Hombres de Fe. Empresarios o solo hombres
con apellidos Aristocráticos) Se Asesina cada día. El Doctor Albiñana está entre
los elegidos... Les someten a una parodia de juicio y, uno a uno, los
van bajando al patio para ser fusilados. Según narra J. Rico Estasen en
Memoria y recuerdo del doctor Albiñana (Informaciones
22-8-1959): “A Albiñana le reservaron una suerte especial. Le golpearon
con saña, simularon varias veces su fusilamiento con balas de fogueo y
terminaron matándole con dos balazos, luego los milicianos separaron la
cabeza del tronco y la colocaron entre las piernas del cadáver. Así fue
enterrado en una fosa común con el resto de MÁRTIRES DE LA FE.
Según José María Resa los Tercios del CID y CALVO SOTELO "Albiñanistas y de Renovación Española" tuvieron 280 efectivos de los que 60 resultaron muertos y 100 heridos, luchando en Villareal de Álava; Monte de San Pedro (Vizcaya) y Espinosa de los Monteros. Los efectivos fueron unidos al Tercio de la Virgen Blanca.